El misterio rodea la investigación policial en torno a la matanza de Florida

El misterio rodea la investigación policial en torno a la matanza de Florida
Portavoces policiales explicaron hoy a medios locales que el asesino, que acabó con la vida de 6 personas antes de ser abatido por fuerzas de asalto, inició la espiral violenta prendiendo fuego a cerca de 10.000 dólares en efectivo qu

 El misterio rodea todavía hoy la investigación que lleva a cabo la policía en torno al suceso que un hombre de 42 años protagonizó en la ciudad estadounidense de Hialeah (Florida) en la madrugada del sábado, cuando presuntamente asesinó a seis personas antes de ser abatido por las fuerzas de asalto.

Pese a que la policía va encontrando poco a poco datos para ir esclareciendo la matanza, aún se desconoce el motivo que llevó al tirador, identificado como Pedro Alberto Vargas, de 42 años de edad y de origen cubano, a actuar de esa manera.

Portavoces policiales explicaron hoy a medios locales que Vargas inició la espiral de violencia prendiendo fuego a cerca de 10.000 dólares en efectivo que había sacado de su cuenta bancaria y que, además, intentó destruir y prender fuego también a su ordenador portátil.

Según la información brindada por las autoridades, el ordenador de Vargas podría ayudar a desentrañar la incertidumbre que rodea la tragedia.

El humo provocado por ese incendio fue precisamente lo que alertó a un matrimonio vecino que, al acercarse al apartamento de Vargas, fue recibido a tiros.

Los colombianos Italo y Samira Pisciotti, que administraban el edificio, murieron prácticamente en el acto, según las autoridades.

Tras ello, el asesino derribó la puerta de otro apartamento vecino y acabó con la vida de sus tres ocupantes. Se trataría, según fuentes policiales, de Patricio Simono y Merly Niebles, de 65 y 51 años, respectivamente, y de la hija de ambos, Priscilla Simono, de 17.

La policía cree que la sexta víctima, un ecuatoriano llamado Carlos Javier Gavilanes, de 33 años, que llegaba al edificio acompañado por su hijo menor, en realidad falleció por una bala perdida en la refriega del tiroteo.

Los momentos de mayor tensión se vivieron cuando el presunto asesino se encerró en otro apartamento con un matrimonio vecino, al que encañonó mientras negociaba con los SWAT, las fuerzas especiales de asalto de la Policía, que intentaron durante varias horas a lo largo de la madrugada del sábado que Vargas depusiera su actitud.

Tras valorar la situación mediante una minicámara que permitía a los agentes saber lo que ocurría en el interior del apartamento, los SWAT derribaron la puerta, acabaron con la vida de Vargas y liberaron a los rehenes.

Pedro Alberto Vargas, diseñador gráfico aunque sin trabajo fijo, vivía con su madre, de 83 años, en un apartamento de un edificio de Hialeah, una ciudad al norte de Miami (Florida) con cerca de 240.000 habitantes.

La madre, sin embargo, no ha aportado demasiados detalles a la policía para esclarecer los motivos que llevaron a la locura a su hijo.

El alcalde de Hialeah, Carlos Hernández, declaró al periódico El Nuevo Herald que "nunca la ciudad había vivido una situación tan extrema", y reconoció que la comunidad siente una gran tristeza por lo ocurrido.

Testigos de la tragedia con los que pudo hablar Efe explicaron su incredulidad ante lo acontecido y subrayaron el carácter huidizo y extraño del asesino.

Algunos de los vecinos especularon con que Vargas atravesaba una difícil situación económica, que, según relató Dayana Galván, podría llevarle a "perder el apartamento".

La tragedia ha conmocionado a esta tranquila comunidad que espera, en los próximos días, conocer más detalles sobre lo ocurrido gracias a la investigación policial.

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