CALDAS-Los taxistas soportan temperaturas de 50 grados en sus vehículos por el sol

CALDAS-Los taxistas soportan temperaturas  de 50 grados en sus vehículos por el sol
los taxis de caldas, en la parada, a pleno sol y los autopatronos buscando la sombra en el otro lado de la calle daguerre

Los taxistas de Caldas vuelven a la carga con una vieja reivindicación, que tras la ola de calor que afectó a Galicia en los últimos días cobra más sentido que nunca. Sombra es lo que piden. Porque en la parada pega el sol de lleno durante todo el día y en el interior de sus vehículos se llegan a alcanzar temperaturas superiores a los cincuenta grados. Hace unos días la midieron y solo oír la cifra ya da sofoco: 52 grados centígrados. Ni los parasoles con los que tapan todas las lunas de los taxis evitan que la sensación, al entrar en los vehículos, sea de asfixia, lo que perjudica, sobre todo a los usuarios, destaca José Poceiro, uno de los trece autopatronos que trabajan en Caldas (aunque las licencias concedidas aumentan dieciséis). Los clientes, “sobre todo as persoas maiores, algunhas con asma ou problemas respiratorios, sofren moito” con el intenso calor que tienen que soportar en el interior de los taxis. En ocasiones “temos que abrir todas as portas e poñer o aire acondicionado” al máximo antes de que los usuarios puedan subirse.
La problemática no es nueva, se arrastar desde hace más de dos años, cuando se peatonalizó la calle Palmeras y la parada de taxis se trasladó a Porto do Río. En esta calle, el gobierno local plantó cipreses (“árbores de cemiterio”, les llaman los autopatronos), que apenas tienen copa y no dan sombra. Los taxistas reclaman que se sustituyan estos ejemplares por otros de mayor porte, de copa más amplia, pero el gobierno local “non nos fai caso ningún. Pasan de nós”. Poceiro reproduce la conversación que mantuvo hace unos días con el alcalde, Juan Manuel Rey. “Non vos damos pena?”, le preguntó el taxista. “Teño presa”, fue la respuesta.
El colectivo es consciente de que la situación económica no es la más propicia para acometer nuevas obras pero José Poceiro recuerda que la asociación de comerciantes CCA, de la que forman parte, se ofreció a financiar los nuevos árboles si el Concello aportaba el personal para colocarlo. Tampoco hubo suerte con esta propuesta. Una de las explicaciones que les dio el Ejecutivo para negarse a cambiar los cipreses por otra clase de árboles es que se rompería la estética de la calle Porto do Río.
Los taxistas están cansados de “loitar con todos os nosos medios” sin que se atiendan sus reivindicaciones. “Se non queren poñer outras árbores, que cambien a parada para unha rúa con sombra”, comenta Poceiro. A su juicio, la mejor opción sería regresar a las Palmeras ya que “desde que se peatonalizou, está morta”. Su propuesta que permitan colocarse allí a los taxis manteniendo las restricciones de circulación para el resto de vehículos.

normativa
Otra de las preocupaciones del sector es que “estamos sen normativa”. La asociación de taxis de Pontevedra “leva tres ou catro anos loitando para que o Concello a aprobe”, sin haberlo conseguido todavía. Mientras tanto, “cada un traballa á súa maneira, sen orde de saída e con prezos que varían”. A algunos clientes “parécelles mal e incluso recibimos insultos dalgunha xente”, comenta José Poceiro.

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