García recupera la Alcaldía tras un nuevo cambio de criterio de dos ediles socialistas

Alberto García vuelve a ser alcalde de Catoira. El socialista recogió ayer el bastón de mando del Concello en un pleno de investidura que fue el culmen de tres semanas de auténtico terremoto político en el municipio vikingo. Y, sobre todo, de cambio de criterio en las filas socialistas.Y es que García recupera la Alcaldía con 4 votos a favor, dos de ellos de Daniel Touriño y de Purificación Quintás, dos de los tres ediles socialistas que hace tan solo unas semanas firmaban un comunicado con el membrete del PSOE en el que retiraban su apoyo a García y abrían la vía del diálogo con el BNG. Nada de eso ocurrió. Esta misma semana, a escasas horas de la investidura, los tres concejales alejados de García eran convocados por la dirección provincial del PSOE para hablar de la situación en Catoira. El resultado se vio ayer. Touriño y Quintás recuperaban repentinamente su confianza en García y levantaban la mano a favor de su candidatura. No lo hizo el tercer concejal, Roberto Bouzón, el más insistente en su día con la dimisión de Castaño y que optó por la abstención. Ni Touriño -que llevó la delantera en la ruptura con García que propició la fallida moción de censura- ni Quintás quisieron hacer declaraciones ni explicar qué motivó su cambio de opinión en apenas unos días.

Lo cierto es que esta nueva maniobra devuelve al Partido Socialista una Alcaldía que perdió hace un año no por falta de apoyos en las elecciones -de hecho fue el partido más votado-, sino debido a los votos de los conservadores de Iván Caamaño que favorecieron una Alcaldía del BNG.

Alberto García recogió el bastón en medio de un silencio absoluto. No hubo aplausos ni apenas felicitaciones. Solo se cumplió el protocolo y lo marcado por ley en una sesión que duró apenas diez minutos. De hecho ni siquiera el ya nuevo regidor dirigió unas palabras a los presentes en un salón lleno tanto de vecinos como de medios de comunicación.

García vuelve al gobierno, pero en minoría, dado que llevará las riendas de la administración local con cinco concejales y obligado a llegar a acuerdos con el resto de las fuerzas para sacar adelante propuestas y mejoras. Lo hace además con un grupo municipal desmembrado, porque el apoyo de Touriño y Quintás ayer no borra de facto las diferencias que ellos mismos expresaban abiertamente con su líder hace unos días. Y es que en solo tres meses Touriño, Quintás y Bouzón firmaron una moción de censura PSOE-PP, retiraron su apoyo a la misma para intentar acercarse al BNG rompiendo con García y volvieron de nuevo ayer a las filas de su líder inicial.

Entre bambalinas

La realidad es que el regreso de García parecía ya evidente la semana pasada debido al silencio absoluto por parte de la dirección provincial después de que la dimisión de Xoán Castaño dinamitase la moción de censura PSOE-BNG y un pacto de gobierno que provocó importantes divisiones entre los socialistas vikingos. Los tres concejales que rompieron con él hace unas semanas llegaron a hablar con el BNG, pero no hubo acuerdo ni puntos de entendimiento. En un último intento de evitar que García volviese a la Alcaldía los nacionalistas presentaban candidata en la sesión de investidura, María Paz, con la intención de forzar un apoyo de los tres supuestos descontentos con García y negociar a posteriori un gobierno dual. Tampoco cuajó este intento.

Cabe recordar que desde el primer momento en que fracasó la presentación de moción de censura Alberto García aseguraba que no se rendiría repitiendo que contaba con el beneplácito de la mayoría de los vecinos de Catoira que lo habían votado en los comicios de 2019. Ayer se ratificaba en lo mismo. Tras el pleno constataba que habían existido reuniones con la dirección provincial e ironizaba -ya como alcalde- con "un pode cambiar de opinión dun día para outro".l