Las llamas devoran montes del Ulla-Umia y Arousa en una jornada infernal

Las llamas devoran montes del Ulla-Umia y Arousa en  una jornada infernal
las llamas devoran montes del ulla-umia y arousa en una jornada infernal

El rugir de los motores de los hidroaviones y helicópteros fue la banda sonora durante todo el día de ayer en Arousa y Ulla-Umia. El humo se adueñó del paisaje, se mirase para donde se mirase, y el olor a quemado penetró hasta el último rincón de la comarca. En una de las jornadas más infernales de este verano, los montes fueron pasto de las llamas y de la acción de los pirómanos. A partir de las diez de la noche del martes el fuegos comenzaron a surgir de forma continua a lo largo y ancho de la Ría, llevándose por delante decenas de hectáreas de vegetación y arbolado. Catoira, Ribadumia, Meaño, A Illa, Vilagarcía, Cuntis, Caldas, Moraña... son algunas de las localidades que forman parte de esta “lista negra”.
Cuntis fue una de las villas más damnificadas. Pasadas las doce de la noche comenzó a arder en Piñeiro. El fuerte viento propagó las llamas, convirtiendo en cenizas 28 hectáreas de monte arbolado. Y cuando este foco quedó controlado, la tensión se trasladó al Xesteiras, por el que avanzaba sin freno otro incendio iniciado a las tres de la madrugada en Vea y que se adentró en el término municipal cuntiense. Al cierre de esta edición, la Consellería de Medio Rural estimaba la superficie quemada en unas 20 hectáreas. Fue uno de los fuegos que reunió a un mayor número de medios de extinción en la comarca, llegando a movilizar a 16  brigadas, doce motobombas, cuatro aviones, cinco helicópteros, cinco agentes forestales y dos palas con las que se abrieron cortafuegos para evitar que el fuego se acercase a núcleos como los de Couselo y Portela. El incendio quedó controlado pasadas las 19:30 horas y, entre medias, volvió a reactivarse el de Piñeiro. A última hora de la tarde, y casi sin tregua, las brigadas forestales y de Protección Civil ponían rumbo hacia Guldrigáns, donde se declaró otro foco.
 También en el Ulla-Umia, en Caldas ardieron unos 100 metros cuadrados en A Canle (Bemil)Bemil de madrugada, actuando Protección Civil y la Policía Local. A mediodía de ayer, las llamas aparecían en Aboi y se quedaron a apenas 50 metros de un grupo de casas, cercadas por la intensa humareda. Voluntarios caldenses permanecieron también vigilantes durante la noche a lo que ocurría en el municipio vecino de Moraña, justo en el límite con la parroquia de Arcos, donde acabaron calcinadas unas dos hectáreas. Este fuego se reactivó ayer por la tarde.
En lo que respecta a O Salnés, en A Illa acabaron carbonizados unos 20.000 metros cuadrados en Testos, mientras que en Xil (Meaño) las llamas arrasaron 7,5 hectáreas de superficie arbolada. Hasta aquí tuvieron que desplazarse efectivos del Grumir de O Grove, que también actuaron en Meis. Emerxencias de Sanxenxo sofocó varios focos en Arnosa (Vilalonga) y Palacios. Tampoco se libró Vilagarcía, con un incendio en A Pelada (Vilaxoán) en las cercanías del cementerio y de varias viviendas. El fuego llegó casi al margen de la Vía Rápida ya que el viento dificultaba las labores de extinción. Se vivieron momentos de tensión, con vecinos tratando de ayudar con cualquier cosa que tenían a mano. Una joven llegó a sufrir un desmayo.
Y en el otro margen de la Ría, en O Barbanza, la Xunta dio por extinguido el fuego que se inició el domingo en Asados (Rianxo) y que se llevó por delante unas 149 hectáreas. Ayer hubo de nuevo rebrote y pequeños conatos en varias zonas de Boiro.

Las llamas devoran montes del Ulla-Umia y Arousa en una jornada infernal

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