“Que malos fostes. Como lle fixestes iso ao meu fillo?”

“Que malos fostes. Como lle fixestes iso ao meu fillo?”
caldas de reis. declaran en el juzgado de caldas, los dos principales imputados por el crimen del embalse del umia, el cuntiense adrián ferro couto y el joven de a estrada, borja c.s.. los dos acusados de matar al morañés enrique mont

“Lucho” comió el último día de su vida con sus padres. Rapantes con patatas y ensalada de tomate y zanahoria. A sus 29 años, cobraba una pensión de invalidez permanente total tras un accidente de moto. A las dos de la tarde de aquel 22 de julio de 2010 sus padres se marcharon de casa y, cuando regresaron, ya no estaba. Lo esperaba su primo Enrique, con el que había quedado para ir a pescar. Él fue la última persona que habló con Enrique. Lo llamó por teléfono a las 15:23 horas. “Lucho” le contestó tranquilo. “Estaba normal, como siempre” y nada le hizo pensar que estuviera en problemas. Le contestó que “estaba con unos rollos” y que más tarde se verían. Pero la siguiente noticia que tuvieron de él, al día siguiente, fue la de su muerte.
La declaración de Isabel Caldas, madre de “Lucho”, fue la más emotiva de la jornada, tanto que incluso hizo saltar las lágrimas a algún letrado y miembros del jurado popular, además de otros familiares que siguieron el juicio entre el público. Isabel se deshizo en lágrimas y tuvo que sentarse. Miró a la cara a cada uno de los acusados y se encaró con ellos. Primero con Héctor Vázquez, al que conocía de oídas por el apodo de “Ziritione”. Su hijo le había comentado, dijo, que “Ziri sacálle as multas a outros e tamén mas pode sacar a min”, refiéndose a la condición de Guardia Civil del padre de Héctor. Isabel se giró, lo miró y le reprochó: “Ti coñecías a Enrique, como lle fixeches isto”. Salió llorando de la sala, pero antes de cruzar la puerta volvió a dirigirse a los acusados. “Que malos fostes. Como lle fixestes isto ao meu fillo. Enrique era un santo”.
Ramiro Monteagudo, padre de “Lucho”, fue otro de los testigos que compareció. Él estuvo más contenido. También pasó por la sala la madre de Adrián Ferro, Mª Argentina Couto, que se acogió a su derecho a no declarar contra su hijo, aunque explicó que el día del crimen Adrián “levantouse á unha e media”, comió con la familia “e marchou, non sei que fixo. Volveu ás 15:30 e púxose a xogar con súa sobriña”. Después fueron juntos a visitar a un familiar. Al salir de la sala, Mª Argentina acarició la mano de su hijo. n

“Que malos fostes. Como lle fixestes iso ao meu fillo?”

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