Más de 2.000 personas dieron cuenta de los 105 lotes de Carneiro ao Espeto

La lluvia arrebató a la Festa do Carneiro ao Espeto uno de sus mayores encantos: La posibilidad de comer en la Carballeira. Pero en Moraña había ganas de fiestas y más de probar los “carneiros” que, desde que el día comenzó a despuntar, se fueron haciendo lentamenta vigilados por expertos parrilleros.
La amenaza de mal tiempo hizo que el Concello comenzase ya el sábado por la tarde los preparativos para habilitar un lugar seguro para que la fiesta pudiese celebrarse. Y es que la administración local suspendió alguna de las actividades programadas para los tres días de fiesta respetando el luto decretado a raíz del trágico accidente de Santiago, mantiendo el Xantar al haber ya unos compromisos adquiridos previamente.
Dos pabellones municipales fueron el lugar elegido por el Concello para la comida de confraternidad, a la que no faltó nadie.
Y es que los 105 lotes de carneiro, preparados para que una veintena de comensales disfrutasen de una comida especial, fueron subastados a las 14 horas sin que hubiese ninguno que quedase vacante.
Hubo un minuto de silencio en recuerdo de las víctimas del siniestro ferroviario. Y tras la muestra de respeto comenzó una degustación en la que no hubo incidencia alguna. Todo transcurrió según estaba previsto. Grupos y charangas trataron de animar a las más de 2.000 personas que acudieron a la degustación oficial del carneiro, y se dejaron sentir también por las calles de Moraña, donde los establecimientos hosteleros de la localidad registraron ayer también un lleno absoluto.
La mayoría de ellos tenían ya reservado todo su aforo, por lo que ayer resultaba casi imposible encontrar un local en Moraña donde disfrutar del carneiro ao espeto si uno no había tenido la previsión de reservarlo con antelación.
Y es que la peculiar forma de asado de los carneiros en Moraña confieren a esta carne un sabor especial y peculiar que lo hace diferente.
Las muchas horas necesarias para conseguir el punto perfecto de asado hacen que no resulte fácil poder disfrutar de esta especialidad de asado. De ahí, que la fiesta morañesa, declarada de Interés Turístico de Galicia desde hace ya unos años, pueda con la crisis y consiga siempre atraer a un importante número de comensales, incondicionales de los buenos productos y de los sabores únicos que deja el calendario gastronómico gallego. n