“Seguino durante uns metros, pero o río ía máis rápido ca min”

Ernesto Diéguez, un joven de 29 años residente en el Campo da Torre, fue la persona que sobre las 18:30 horas del jueves alertó a los servicios de emergencias tras avistar en el río Umia lo que parecía un cadáver. No había constancia, por aquel entonces, de ningún desaparecido, pero Ernesto estaba muy seguro de lo que había visto. “Era un corpo vestido e con pelo branco. Víase que era unha persoa maior”. Flotaba “boca abaixo e non se movía”. Desde la lejanía, ya que el bulto discurría por la zona central del cauce, distinguió una chaqueta azul. Fue en las inmediaciones del campo de As Corticeiras, “nun camiño que vai cara Clesa” y por el que suele ir a pasear y a correr. El jueves ya regresaba hacia el casco urbano cuando tuvo que pasar por esa desagradable experiencia.
“Dinme conta de que era un corpo pola posición que tiña, de velo na televisión” e, inmediatamente, reaccionó intentando no perderle la pista aguas abajo. “Seguino durante uns metros para cerciorarme, porque a imaxinación pode xogar malas pasadas, e para comprobar se daba signos de vida. Pero o río ía máis rápido ca min. A corrente arrastrábao con moita forza” y en cuestión de unos instantes lo perdió de vista. Alertó entonces por teléfono al 112 y poco después “chamoume a Policía Local” para que aportara más datos sobre el avistamiento. Ayer por la mañana tuvo que prestar también declaración en el cuartel de la Guardia Civil.
Lo hizo a primera hora de la mañana y asumiendo lo ocurrido con bastante naturalidad. “Puiden dormir” durante la noche, comentaba. “Non estou nada impresionado”, algo que achaca a que vio el cádaver “desde moi lonxe e non lle vin a cara. Aínda que se un o pensa, si que impresiona”. Lo que sí está es “apenado” por la mala suerte del anciano Manuel Pampín.
Ernesto Diéguez espera no verse envuelto nunca más en una situación similar: “É a primeira vez que me pasa e espero que sexa a última”.