La sinrazón de la violencia machista siega la vida y trunca los planes de futuro de tres mujeres

La sinrazón de la violencia machista siega la vida y trunca los planes de futuro de tres mujeres
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El asesinato de Sandra Boquete, de su hermana y de su madre a manos de su expareja José Luis Abet Lafuente conmocionó ayer al tranquilo lugar de Carracido, en Cordeiro (Valga). Las tres mujeres eran muy queridas tanto en su entorno familiar y de amistades como en sus trabajos. Sandra se casó hace diez años con José Luis y con él tuvo dos hijos que ahora tienen 4 y 7 años. El proceso de separación se inició hace dos años y el divorcio se consolidó el pasado mes de enero. Sin embargo las relaciones con su ex nunca fueron buenas en los últimos tiempos. Sandra ejercía de auxiliar administrativo desde hace más de diez años en la empresa padronesa Stac. Algunos de sus compañeros de trabajo la defendían como una persona “amable e bondadosa”. La firma, tras conocerse el trágico suceso, emitía ayer un comunicado de rechazo absoluto a lo acontecido y de apoyo y petición de respeto a los allegados de las víctimas. Un mensaje en el contestador de Stac, así como un comunicado, anunciaban que las oficinas permanecían cerradas durante todo el día en señal de duelo por su compañera asesinada.

Tres vidas truncadas

Sandra mantenía una íntima relación con su hermana Alba, a la que llevaba doce años y que vivía con sus padres en el lugar de A Devesa, en Campaña, a pocos minutos en coche de su casa de Carracido. Alba, al igual que Sandra, era muy conocida. De hecho ambas participaron durante tiempo en las actividades culturales que se realizan en la parroquia en momentos señalados. La joven de 27 años era logopeda de profesión y era la titular de un gabinete de esta especialidad ubicado en el vecino municipio de Pontecesures. Además trabajaba activamente con la asociación vilagarciana Amencer-Aspace. Familiares de los niños a los que ella atendía la recuerdan como una “chica muy jovial y encantadora” con un “tratamiento exquisito” con todos los pequeños. De hecho la propia asociación vilagarciana emitía un comunicado tras conocerse el suceso de condena. “La violencia machista golpea a la familia de Amencer-Aspace. No hay palabras para decir la gran persona y profesional que se va”, reproducía el colectivo en sus redes.

La tercera víctima de José Luis Abet Lafuente era su exsuegra, María Elena Jamardo. Ella vivía con su marido y su hija en su casa de campaña y mantenía una relación fluida con Sandra a la que visitaba prácticamente todos los días. Su marido, que ahora se queda sin su mujer y sin sus dos hijas, es muy conocido en la localidad porque trabaja en el departamento de Obras del Concello. Así lo confirmó el propio alcalde, Bello Maneiro, que apuntó que él al asesino nunca lo había tratado, pero sí conocía a las víctimas

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