“A empresa recurre ás ameazas porque dase conta de que non pode coas traballadoras”

Las palabras de Garavilla y sus intenciones sentaron ayer como un jarro de agua fría a las trabajadoras que se encontraban ayer haciendo guardia en el exterior de la fábrica. “A empresa recurre ás amenazas porque dase conta de que non pode con nós”, advertía la presidenta del comité de empresa, María José Rey. Lejos de desanimarlas, estas “artimañas da empresa danos aínda máis folgos para seguir loitando polo noso posto de traballo”.

Y es que advierten que “non fan máis que dicir mentiras”. Tampoco descartan que este comunicado responda “a unha estratexia da empresa porque o que está claro é que os camións cargados coa mercancía teñen a intención de saír en canto poidan”. Las trabajadoras aseguraban ayer que “esa carga aí dentro estalle custando a empresa cartos e nós pensamos que na madrugada do domingo para o luns os camións tentarán saír”. Una circunstancia que las mantiene en alerta. “Esperamos que non nos volva a vir a policía como o outro día e nos secuestre na caseta”.

Las operarias están convencidas de que la firma intentará sacar la maquinaria en las próximas horas

Por otro lado, el portavoz de Comisiones Obreras, Francisco Vilar, señalaba ayer que “la empresa trata de imponer el miedo y de dividir a las trabajadoras”. En este sentido, advierte que “habrá que esperar a que el juez le permita esta prórroga porque a lo mejor no es ni legal”. Además, señala que si “Garavilla no declaró el ERE en Cuca fue porque no le interesaba presentar datos económicos de la empresa porque su intención no es otra que cerrar Cuca y quedarse con la marca”. En cuanto a la posibilidad de la pérdida de la campaña de mejillón que la empresa apunta en su comunicado, Vilar advierte que “si a la empresa le preocupa tanto pues que garantice el empleo por escrito no solo a las operarias de Cuca sino también a las de O Grove y listo. No dicen que todos son necesarios, pues que firme ese acuerdo”.

Para Francisco Vilar la empresa está demostrando “mucho veneno en sus palabras y en sus acciones”. Y es que cree que la forma de actuar de la empresa responde claramente “a una estrategia que tiene como finalidad hacer que las trabajadoras dejen por su propia cuenta el empleo porque no aguanten el ritmo”. De hecho, se pregunta “por qué la empresa solo garantiza por cinco años el autobús o por qué no equipara los salarios de las trabajadoras de una planta y la otra”.

Cabe recordar que en la última contraoferta de la empresa  a las trabajadoras, esta se negó a firmar una estabilidad laboral por tres años. Tampoco aceptó la propuesta en cuanto a las indemnizaciones a aquellas trabajadoras que, por motivos personales, se planteen dejar el empleo ante la imposibilidad de trasladarse a O Grove. La última oferta de las trabajadoras en este asunto fue de 33 días por 24 mensualidades frente a los 45 días por 42 mensualidades planteado en la primera reunión.

El Grupo Garavilla tampoco aceptó equiparar los salarios de las trabajadoras de Cuca con las de Isabel. Una diferencia que ronda los 500 euros al año. La empresa dice que es un acuerdo al que se llegó con la plantilla de Isabel el 31 de diciembre del año pasado y que a partir de ahora hay unas nuevas condiciones que son inamovibles. A pesar de esto, las trabajadoras aseguran que están dispuestas a mantener la vía de diálogo siempre y cuando por parte de la empresa se vislumbre una intención de negociar.

Hasta el momento, ya se han desplazado a la nave de O Grove treinta trabajadoras afectadas por el ERE por traslado para realizar tareas de limpieza de pescado en la nave de Isabel lo que ha supuesto que la firma prescindiese de las trabajadoras eventuales que en esta época colaboraban con la plantilla fija de la planta meca.

“A empresa recurre ás ameazas porque dase conta de que non pode coas traballadoras”

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