La parroquia boirense de Abanqueiro se volcó ayer en la celebración de la Virxe do Carme. Cientos de personas no quisieron perderse ni los actos litúrgicos ni la procesión marítima en un día que amaneció con el clima perfecto para que todos los barcos engalanados ofreciesen su mejor imagen. Aparte de la tradicional ofrenda a los marineros fallecidos tampoco faltó un pequeño recuerdo para los que perdieron su vida en el accidente de Angrois. Para comer hubo de todo: churrasco, pulpo, mejillones y paella