La ficción permite que Álex González pase de dar una paliza a abrazarse y besarse con las fans con apenas minutos de diferencia. La escena que se rodó ayer en el barrio de O Castro dura unos segundos, pero se necesitaron unas dos horas para grabarla. Un trabajo para el que se requiere paciencia y de eso precisamente hizo gala todo el equipo de rodaje de “Vivir sin permiso”, que pese a que empezó la grabación varias horas después de lo anunciado no pudo evitar a los fans ni tampoco a los curiosos, que se agolparon en las inmediaciones del aparcamiento de Carús. Madres, niñas, bebés y hasta perros que, eso sí, siguieron las órdenes del equipo de rodaje. Aunque cuando finalizó la grabación de las escenas la euforia se desató y González hasta tuvo que aflojarse la corbata para atender. con comodidad y siempre con una sonrisa, a todos los que le pidieron una foto.
“Vivir sin permiso” despliega en O Salnés dos unidades con unas doscientas personas. Mientras unos rodaban en Vilagarcía otros grababan en una batea. l