Un arousano escurridizo para las fuerzas del orden

Óscar Rial Iglesias es un viejo conocido de las fuerzas de seguridad del Estado. Desde hace años la Policía lo vincula con diferentes operaciones relacionadas con el blanqueo de capitales y el tráfico ilegal de estupefacientes. Especializado en el transporte marítimo el testimonio del boirense José Luis Fernández Tubío (con antecedentes en narcotráfico) permitió que fuese apresado en el año 2008 como presunta parte de la cúpula que pretendía introducir en Galicia más de tres toneladas de cocaína a bordo del San Miguel. Al “Pastelero” se le acusaba de ser el principal financiero del grupo y dirigir y coordinar a medio centenar de personas que funcionarían como enlaces y distribuidores. En aquel momento se enfrentaba a una pena de cárcel de 14 años y a una multa millonaria. La fuga del testigo Fernández Tubío inutilizó la vista y Rial Iglesias fue absuelto hace apenas un año. El juez también le imputaba un delito por blanqueo de capitales que, por los mismos motivos, también quedó en nada.
Rial se mostraba así escurridizo ante la Justicia y las fuerzas del orden que siempre lo tuvieron en el punto de mira tanto por sus actividades empresariales como por su presunta vinculación con el tráfico de drogas. A Rial se le otorga además el título de ser el “heredero” de los grandes clanes de la droga de los 90 y que forjó su fama a lo largo de la década pasada creando una importante red de contactos.  n f.f.

Un arousano escurridizo para las fuerzas del orden

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