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viernes | 19 abril | 2024
Una auditoría encargada por la Xunta de Galicia desvela que más de la mitad de las depuradoras gestionadas por municipios gallegos tienen un funcionamiento deficiente. Entre ellas se encuentran siete en la Ría de Arousa: la de Vilagarcía, la de O Grove y la de Sanxenxo en la comarca de O Salnés y las de Boiro y Rianxo en O Barbanza. A mayores se suman al listado negro las estaciones de Cuntis y Valga, en Ulla-Umia.
Estos datos fueron ofrecidos ayer por la conselleira de Infraestruturas, Ethel Vázquez, y la de Mar, Rosa Quintana, en una reunión mantenida con el presidente de la Federación Galega de Cofradías, José Antonio Pérez Sieira, y los responsables de las delegaciones de A Coruña y Pontevedra.
Gestión del ciclo del agua
En el encuentro con los patrones las dos responsables de la Xunta presentaron la idea de impulsar una sociedad pública de gestión del ciclo del agua que serviría, según la administración autonómica, para ayudar a los concellos a ejercer de forma adecuada sus competencias municipales sobre saneamiento y depuración.
La Xunta incidió en que su deseo con el nuevo ente es apoyar a las entidades locales en la correcta explotación y mantenimiento de las obras ya realizadas, ofrecer unos servicios de calidad a la población y contribuir al saneamiento integral de las rías.
Las conselleiras recordaron que el gobierno gallego trabaja “co obxectivo irrenunciable” de conseguir el saneamiento de las rías y defendieron que la administración autonómica llevó a cabo un total de 350 actuaciones que beneficiaron a 165 concellos. Entre las actuaciones destaca la Xunta la construcción de 45 nuevas depuradoras.
Talón de Aquiles
Lo cierto es que la problemática en la depuración y la existencia de vertidos directos al mar son los lastres con los que conviven varios concellos de la Ría de Arousa. La ampliación y mejora de la depuradora de Vilagarcía ha sido un asunto que incluso ha llegado al Parlamento de Galicia, y sobre la de O Grove o la de Sanxenxo se han escrito ríos de tinta.
Las deficiencias en estas estaciones provocan problemas de saturación en momentos punturales y la falta de automatización, como ocurre con la de Valga.
La realidad es que el hecho de que el 58 % de las depuradoras de Galicia presenten algún tipo de deficiencia lastra en gran medida un saneamiento integral que desde el sector marisquero y pesquero llevan años reivindicando para su supervivencia.
