Bruselas activa la alerta sobre el proyecto de Touro y estudia enviar una misión

Bruselas activa la alerta sobre el proyecto de Touro y estudia enviar una misión
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La calidad del agua que desemboca en el río Ulla procedente de la Mina de Touro y, consecuentemente, también en la Ría de Arousa fue una de las claves destacadas de la exposición presentada por colectivos vecinales en Bruselas para evitar la reapertura del espacio minero. La comitiva vecinal desplazada al Parlamento Europeo logró ayer arrancar el compromiso de la Comisión de Peticiones para seguir en alerta sobre el devenir del proyecto minero y, al mismo tiempo, intentarque una misión de comisionarios acuda a Galicia para comprobar “in situ” la incidencia de proyectos de megaminería en el medio ambiente de la comunidad. Un viaje que, en todo caso, no se realizaría antes de un año.

El hecho de que las peticiones sobre Touro sigan abiertas obligará a la Xunta de Galicia a facilitr a la Comisión Europea toda la información que se requiera sobre el proyecto de la mina. A mayores se continuará haciendo fuerza para que sea también un asunto a tratar en otras comisiones como la de Pesca y Agricultura. “Para nosotros, esto es muy importante. Venir aquí nos ha costado mucho y esto es un chute”, explicó Isabel García, representante vecinal. Cabe recordar que la decisión de reabrir la mina se está alargando a la espera de una aprobación o rechazo de la declaración de impacto ambiental de la que la Xunta de Galicia no ha dicho todavía nada. A este punto se aferró el diputado del Partido Popular Millán Mon para oponerse a las solicitudes de los peticionarios que calificó de “prematuras y superfluas”. Siendo el único del órgano, en todo caso, que manifestó su posición contraria. De hecho incluso diputados de otros partidos conservadores de Europa dieron su visto bueno a mantener activas las peticiones de Touro.

“Destrucción e infierno”

Los vecinos que comparecieron en la Comisión de Peticiones entretejieron un relato en el que hablaron en primera persona de la incidencia que la reapertura de la mina puede tener en sus vidas. “Muerte, destrucción e infierno es lo que implica. Se nos está enterrando vivos. Estamos esperando su acción”, explicó Luis Gallardo. Por su parte Iria Ares, vecina de 21 años y con una vivienda a 200 metros de la mina destacó que el propio proyecto contempla que justo al lado de su casa “habrá una balsa contaminante con alto riesgo de rotura. En doce minutos estaríamos muertos”.

Doce minutos que se convertirían solo en doce horas hasta que, según Pilar Sampedro de la PDRA, el agua contaminada llegase a la Ría de Arousa. Fue ella la que dio voz a todo el sector del mar en Bruselas para reivindicar que “queremos más información. No es cuestión de ideología ni de ir contra ningún partido. No es el caso. El caso es defender nuestro pan”. Sampedro recordó la manifestación multitudinaria en Santiago en junio del año pasado. “Todo Arosa se movilizó” y destacó que “las administraciones más próximas no nos han atendido, no nos han facilitado información y por eso estamos aquí, porque les necesitamos”. Durante sus peticiones los vecinos enseñaron muestras de las aguas de los ríos que rodean la mina (de color anaranjado) y también imágenes de sus reivindicaciones.

       Cabe destacar que los afectados por la reapertura de Touro desembarcaron en Bruselas el lunes de la mano de la eurodiputada nacionalista del BNG, Ana Miranda. De hecho fue ella la que insistió en que el PP “debe escoitar as dúas partes” y apuntó que “seguiremos loitando”.

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