Calveiro saca del silencio a las mujeres que lucharon contra “os poderosos”

Calveiro saca del silencio a las mujeres que lucharon contra “os poderosos”

Las fiestas de San Roque arrancaron ayer con un emotivo pregón en el que la justicia tomó la palabra. El escritor Marcos Calveiro hizo memoria propia, pero también fue más allá y sacó del silencio nombres como los de Juana Núñez, Josefa Barreiro y Pilar Fernández, “la Montañesa”, fusiladas durante la “represión fascista”. A ellas estuvo dedicado el arranque oficial de las fiestas de San Roque. A ellas y a los “milleiros de mulleres que foron o celme desta vila, que loitaron día a día con esforzo e dignidade para sacar as súas familias adiante contra vento e marea”. A las “pastoriñas, costureiras, pescantinas, mariscadoras, mulleres da conserveira, labregas... nais que loitaron pola vida dos seus fillos contra os máis poderosos, cando todos ficaban caladiños”.

Pero la memoria, que “é unha fraga”, también llevó al pregonero por el barrio de su niñez, Os Duráns, “naqueles hoxe afastados anos 70”. Y se acordó de la tienda de Marita, del taller de fundiciones “dos Garabáns”. También se pasaron por Ravella paisajes como la taberna de Sita” y, ya en el centro, la librería de Montáns, uno de esos rincones de toda la vida que siguen haciéndole frente a la electrónica. Calveiro se desplazaba allí para comprar “coa paga un sobre sorpresa ateigado de soldadiños ou indios ou vaqueiros de plástico” y se encontraba con “un vello tocadiscos en que nos pinchaba de Dylan a Mozart, da Callas a Janis Joplin”.

Un viaje a la infancia
Porque el pregón de Calveiro fue todo un viaje. Un repaso por la Vilagarcía de su infancia porque, reconoció, “eu escribo para manter no meu interior aquel neno dos Duráns que fun, para tentar escoitar ás árbores desa fraga e apreixar, aínda que sexa durante uns intres fuxidíos, esa infancia case esquecida no remol da miña desmemoria”.


Por ello, por el balcón de Ravella se pasaron también las huertas de Os Duráns “as casiñas baixas e humildas, as eiras onde roubábamos a froita nos veráns, os partidos de fútbol nunha rúa sen coches”, pero también “a xunqueira, ao croar das ras onde agora está a estación de autobuses”, los domingos de vermú y refrescos en el café Central, en el Dorna o en el California y las compras con su abuela en la farmacia de Bermejo o almacenes Simeón.


También recordó Calveiro aquellas primeras lecturas, en la biblioteca municipal, que forjaron el escritor que hoy es. Tintín, Asterix, Salgari y Los Cinco fueron los primeros que hicieron volar su imaginación. Ya más tarde descubrió otra Vilagarcía, la de Lorca, Sorolla, la de Aquilino Iglesias Alvariño y la de Plácido Castro, “senlleiros homes que deixaron a súa pegada fonda nesta vila, Naquela vila que durante moitos anos os ingleses invadiron pacificamente, transformando as súas rúas, as súas xentes, embedándose bailando, cantándose ou namorándose”. Calveiro dio el pistoletazo de salida a las fiestas con un pregón de lo más emotivo, en el que el niño y el adulto se dieron la mano. A continuación, una comitiva formada por asociaciones y colectivos participó en la ofrenda floral al patrón.

Calveiro saca del silencio a las mujeres que lucharon contra “os poderosos”

Te puede interesar