El centenario estandarte de la procesión estrenará imagen tras una laboriosa restauración

El centenario estandarte de la procesión estrenará imagen tras una laboriosa restauración
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La procesión de este año será, si cabe, más especial porque el estandarte de Santa Rita lucirá una imagen renovada tras ser sometido a una intensa recuperación. Se encontraba muy deteriorado debido a su antigüedad, que vinculan, como mínimo, al nacimiento de la romería, hace 103 años, aunque no existen referencias documentales. El paso del tiempo y las caricias que le propician los devotos lo han ido dejando en muy mal estado y llegó un momento en que se hizo preciso actuar para no perder un elemento fundamental en la celebración. Por este motivo, el año pasado contactaron con el bordador cambadés, Ángel Rial, quien ha dedicado mes y medio de laborioso y delicado trabajo para que la pieza luzca en estos días su mejor aspecto. 
El experto explicó ayer que no se trata de una restauración al uso porque era tal su grado de deterioro que “sería tan costoso que lo haría inviable”. Aún así, el gasto es elevado y los organizadores de los actos religiosos de la festividad y las Hermanas Agustinas Recoletas han puesto a la venta rifas a tres euros cada una para los vecinos interesados en colaborar en la recuperación del estandarte. Cada 30 papeletas sortean pollos criados en su corral, de cuatro a cinco kilos de peso, como agradecimiento a la aportación. Estas pueden comprarse en la Sacristía o en el torno del convento de Vista Alegre.  

técnica del pasado
“Es un pequeño  tesoro, un bien cultural que es parte del patrimonio de toda la ciudad”, explicaba ayer Rial, quien, junto a sus seis colaboradoras, ha estado durante mes y medio trabajando en la pieza en su taller de Cambados. Se ha tratado de una tarea nada sencilla porque han tenido que extraer todos los motivos bordados y trasladarlos a una tela nueva, un raso de novia, porque la seda natural original “era irrecuperable”. 
Se trata de un bordado francés en el que la ornamentación se crea introduciendo entre la tela trozos de cartón con la forma deseada y luego se delimitan con hilo de oro. “Hemos hecho un pasado, manteniendo todo el original, pero los cordones y borlas estaban tan destrozados que ha sido necesario cambiarlos por unos nuevos. También es lo que más sufre porque se toca mucho al coger el estandarte y, de hecho, recomiendo que se manipule con guantes”, explicó Rial. Estos elementos vinieron especialmente de Sevilla, donde hay una potente industria de este tipo de elementos.

pintura central de lapido
Los flecos de la parte baja también son los originales, pero se retiraron algunos deteriorados y para recomponer esta parte, se quitaron y recolocaron todos, uno por uno, según explicó el cambadés. Asimismo, se mantiene la imagen central: una pintura de Santa Rita realizada por una de las hermanas del convento, María José Lapido, que hace unos 30 o 40 años la creó para sustituir la primitiva porque estaba en mal estado. De hecho, algunos feligreses presentes ayer en la capilla recordaban como esta monja, que aún vive en Vista Alegre, siempre tuvo fama de buena pintora.  
El estandarte es una de las piezas fundamentales de la procesión de Santa Rita y nunca había sido sometido a un arreglo como el realizado este año, por lo menos que se recuerde. 
El objeto forma parte de la riqueza artística del convento que cuenta con otras piezas de valor cultural y también sentimental. De hecho, el manto de San Agustín, que sale en procesión junto a la talla de la abogada de los imposibles, data de 1926 y hay otros elementos de antigüedad que son custodiados y cuidados por las hermanas de la orden de las Agustinas Recoletas.

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