Cientos de personas arropan al padre de Asunta durante el funeral de la niña

Cientos de personas arropan al padre de Asunta durante el funeral de la niña

La compostelana iglesia de San Fernando se llenó ayer por el funeral de Asunta Yong Fang Basterra, la niña hallada sin vida en la madrugada del domingo, con signos de violencia, que ha sido recordada este lunes por un párroco amigo de la familia durante la homilía: “Dios no quería esta muerte, pero ha sucedido”.

Alfonso Basterra, padre de la menor, llegó solo a la iglesia. Entró en el templo por una puerta lateral tratando de pasar por más desapercibido posible.

Sin embargo, la detención horas antes de la que fuera su mujer y madres de su hija, Rosario Porto, a la que el juez imputa un delito de homicidio, hizo que todas la miradas se posaran en un hombre con gesto abatido.
Mirando hacia el suelo, como si tratara de buscar una respuesta a semejante tragedia, Alfonso Basterra, periodista de profesión, despidió a su única hija en un funeral que oficio un párroco amigo de la familia.
La iglesia de San Fernando se encuentra a escasos metros de la casa en la que Asunta vivía con su madre y donde fue vista por última vez con vida.

Sin palabras > El padre de esta menor de 12 años se sentó en primera fila, y desde allí siguió una homilía en la que el oficiante dijo al inicio que “no encontramos palabras” que expliquen lo acontecido.
Durante el funeral se sucedieron las muestras de pesar y dolor de Alfonso Basterra, así como del resto de familiares de Asunta, quienes no pudieron ocultar las lágrimas durante el acto.
El acto religioso se celebró a las 20.30 horas, después de que tras la ceremonia de cremación de la mañana de ayer se haya procediera a la detención de la madre de la pequeña, la abogada y excónsul de Francia en Santiago, a quien la Guardia Civil imputa la presunta comisión de un delito de homicidio, dadas “incongruencias” en su testimonio.
El sacerdote, un hombre joven, afirmó en el funeral que “en estos momentos, surge una pregunta que no tiene contestación, ¿por qué?”. “ Ni siquiera Dios sabe responder a esa pregunta”, añadió el cura, tras reflejar que necesariamente afloran los sentimientos de rabia e impotencia.
Es “falso” que el tiempo lo cure todo, y por ello apuntó que “hay que aceptar el dolor, porque si lo sientes, es que amas”.
Multitud de personas quisieron arropar a la familia de Asunta. El templo estaba abarrotado hasta tal punto que muchas personas tuvieron que permanecer durante la ceremonia en pie.

Compañeros de clase> Desde el instituto Rosalía de Castro, donde Asunta estudiaba, varios de sus compañeros acudieron a la homilía, acompañados por el director del centro, Ubaldo Rueda.
Además de familiares, amigos y allegados de la familia, a las honras fúnebres de Asunta acudió una amplia representación de los agentes sociales de Santiago, encabezados por su alcalde, el popular Ángel Currás. Varios concejales de la corporación municipal también estuvieron presentes en un acto marcado por la  emoción contenida.
El rector de la Universidad de Compostela, Juan Casares Long, así como compañeros de clase de Asunta, que cursaba estudios en el Instituto Rosalía de Castro, y su profesora de ballet, una de sus aficiones, también se dieron cita en la iglesia de San Fernando.

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