Una cláusula del contrato blinda a Arousa Golf en caso de un conflicto entre los propietarios

Una cláusula del contrato blinda a Arousa Golf en caso de un conflicto entre los propietarios
Copia de Diario de Arousa-2015-04-27-002-f667d657

“Considerando que la inversión por obras a realizar opr la arrendataria está persupuestada en u millón de euros y que la arrendadora suscribe el presente contrato en su condición de usufructuaria de la finca, llegado el momento de consolidación del usufructo, los nudo propietarios habrían de respetar el plazo de duración contractual que restare por cumplir en aquella fecha”. Así reza la cláusula decimosexta del contrato de alquiler de los terrenos firmada entre Paloma Rey y Arousa Golf para la puesta en marcha de un macrocomplejo deportivo en terrenos del campo de golf. Una cláusula que blinda a la promotora para la recuperación del dinero invertido en la puesta en marcha de las obras y que es el principal argumento que esgrime Arousa Golf en el conflicto que mantiene con el Pazo y que quedó visto para sentencia tras un juicio en el número 3 de Vilagarcía.
“Para el caso de que, por cualquier circunstancia, no fuese ésta la voluntad de aquellos (en referencia a los nudo propietarios), a los efectos de garantizar el disfrute de la inversión realizada o, en su caso, su eventual retorno, la arrendadora garantiza el importe de la inversión que se acredite como efectivamente realizada”, señalan dicha cláusula.
Sin embargo, el segundo punto del contrato también especifica que la construcción del campo de golf, que corresponde a la empresa, debe llevarse a cabo cumpliendo “los requisitos legales y urbanísticos de aplicación”.Sin embargo. la puesta en marcha de las instalaciones se llevó a cabo careciendo de cualquier tipo de licencia municipal, incluida la de construcción, y este es el argumento que esgrime la defensa de Paloma Rey para asegurar que en caso de concederse una indemnización a la promotora se “estaría premiando a los infractores”. A este respecto,Arousa Golf alega que las obras se hicieron con pleno “consentimiento” de las administraciones implicadas. Los alcaldes de Caldas y Vilagarcía asistieron a la inauguración. El exarquitecto municipal declaró en el juicio que nunca hubo requerimiento de paralización de obras y una resolución de Alcaldía daba el visto bueno al anteproyecto en 2012.

Una cláusula del contrato blinda a Arousa Golf en caso de un conflicto entre los propietarios

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