11º-26º
viernes | 19 abril | 2024
Un grupo internacional de tráfico de heroína acaba de ser condenado a penas de prisión que, en su grado mayor, apenas superan los cuatro años, mientras que otros no tendrán que pisar la cárcel. La red fue detenida en 2016, acusada de mantener una férrea estructura para distribuir los estupefacientes, procedentes de Turquía, por toda Galicia, a través de transportistas albaneses y repartida en la comunidad por vigueses, ourensanos y un vilagarciano, que contaban también con la ayuda de un paraguayo, un portugués y un rumano.
Los acusados, más de una quincena, confesaron todos los hechos durante el macrojuicio que tuvo lugar en la Audiencia Provincial durante el mes de marzo, y para el que hubo que reservar varias jornadas debido a la complejidad de la causa.
Precisamente este hecho, junto a las dilaciones indebidas, es el que permite que las penas sean más reducidas, pese a tratarse de delitos de tráfico de drogas en cantidad de notoria importancia.
La investigación se llevó a cabo entre marzo de 2016 y enero de 2017 por el Equipo contra el Crimen Organizado de Galicia de Guardia Civil, que tuvo conocimiento de la existencia de un colectivo organizado que se dedicaban al menudeo de heroína.
Para ello, utilizaban dos plazas de garaje en Vigo y adoptaban complejas medidas de seguridad en el modo de comunicarse, como la adquisición, empleo y renovación constante de teléfonos portugueses.
La operación se desató cuando dos de los acusados, uno de ellos el vilagarciano, fue interceptado en julio de 2016 por agentes de la Guardia Civil de Tráfico, que tras una inspección ocular del vehículo localizaron más de un kilo y medio de heroína, con una pureza superior al cincuenta por ciento. Entre agosto y enero de 2017 fueron cayendo el resto de acusado. En los registros, los agentes se incautaron de más heroína, vehículos, teléfonos móviles, pasaportes turcos. Además, en un registro de un trastero de Vigo intervinieron un completo laboratorio de adulteración de sustancias. A algunos de los acusados también se les incautaron armas, pese a carecer del permiso reglamentario. El vilagarciano es uno de los que tiene la más alta condena, con 4 años y una multa de 61.123 euros. El juez ordena también el decomiso de su vehículo.
