10º-22º
miércoles | 24 abril | 2024
A punto de cumplir dos años de su inauguración, el centro sociocultural de Faxilde está lleno de humedades, la luz es todavía de obra, el acceso a las instalaciones es caótico y la segunda planta sigue a la espera de ser acondicionada. Los vecinos aseguran que tanto el alcalde como los concejales responsables del área han sido informados en más de una ocasión de la situación, “e todo foron boas palabras, pero seguimos igual”.
La última visita al lugar del regidor Tomás Fole fue con motivo de un mitin en las elecciones autonómicas. “ Ese día o alcalde estivo a piques de caer na entrada porque esvarou nos tablóns”, señalan. Y es que la superficie de gravilla de parte de la entrada está prácticamente todo el invierno inundada lo que ha obigado a los vecinos a improvisar un acceso casi de película. “Por aquí non pasa só xente maior senón tamén os nenos dos colexios que van ao pavillón. Isto é un perigo”, indican.
Y es que el colectivo presidido por Alberto Gómez teme que se agote la garantía de las obras que vence a los dos años. “Isto é tan sencillo de solucionar como facer unha chamada á construtora e listo. É unha cuestión de vontade e non de cartos”, advierten.
Las humedades recorren ya las esquinas de las distintas aulas del centro, desconchando la pintura e incluso despegando el zócalo del suelo. “É unha pena que se deixe ir así un centro cultural que custou 360.000 euros e que non os vale”, indican.
Y es que a pesar de que inicialmente en la obra estaba prevista la instalación de calefacción, los vecinos aseguran que “o único que temos son dúas estufas que mercamos nós e punto”. Pero no solo eso, la instalación eléctrica del centro sigue siendo de obra a pesar de que el edificio ya está a punto de cumplir dos años.
En cuanto al sótano del centro, el presidente del colectivo Alberto Gómez se pregunta donde está la partida concedida por la Diputación de Pontevedra para finalizar las obras en los centros socioculturales.
“Dixéronnos que xa estaba aprobada e que xa se ían a poñer con iso, pero seguimos esperando”, dicen. El colectivo vecinal pretende instalar en esta parte baja una cocina y un baño y usarlo como centro de reuniones vecinales para hacer comidas y cenas.
