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jueves | 25 abril | 2024
El despido de 15 trabajadores fijos de la firma Carsa, ubicada en el polígono de Bamio, ha desatado un nuevo conflicto laboral en la capital arousana. La asamblea ha decidido convocar huelga, que será indefinida si la empresa continúa adelante con su “hoja de ruta”, que no es otra que -según ha trascendido- presentar un ERE cuyas condiciones todavía no se conocen. La cuestión es que hacía días que había marejada en la firma de Bamio. El contrato de 56 trabajadores eventuales no se renovó el pasado 31 de octubre y hacía tiempo que la empresa había dicho que las cosas no iban bien. En el mes de septiembre -como confirman tanto la propia firma como los representantes de los trabajadores- se mantuvieron conversaciones informales en las que Carsa expuso la bajada drástica de la producción. Ayer mismo explicaban que a partir de este mes no hay pedidos y que se espera un mal panorama para los años 2021 y 2022. Fue en el marco de esas reuniones informales cuando la firma planteó dos opciones a cambio de evitar los despidos. La primera reducir la jornada laboral de la plantilla -conformada por 162 trabajadores fijos- una hora. Así pues pasarían de 8 a 7. Además se planteaba un ERTE de suspensión que se aplicaría en función de la carga de trabajo.
El Comité planteó esta propuesta a la asamblea que la rechazó con 78 votos en contra. Los representantes sindicales explicaban ayer que las condiciones del ERTE podrían ser negociables, pero en ningún caso se iba a aceptar la reducción de jornada por afectar esta a las cotizaciones. Aceptar las dos opciones era el requisito que ponía la empresa para no ejecutar despidos. Ayer eran 15 los trabajadores despedidos por causas objetivas. La acción de la firma provocó una rápida reacción por parte de la plantilla, que cortó la luz de las instalaciones y paró la producción durante toda la mañana. El turno de tarde ya funcionó con normalidad a la espera de que se convoque debidamente la huelga ya anunciada y a la espera de que se presente el ERE y las condiciones que este planteará para la plantilla de una de las empresas más potentes de la capital arousana.
Fuentes de la empresa explicaban ayer que los despidos, ante el rechazo a las propuestas que presentaron por parte de la asamblea, eran “inevitables” y que se ven obligados por la caída enorme del producto que ofrece la carrocera en el mercado actual. Carsa asegura que la dirección siempre ha pensado en “velar por la empresa” y también “por sus trabajadores”.
Los 15 despidos ejecutados ayer no suponen el 10 % de la plantilla, de ahí que no pueda ser considerado un despido colectivo que, para llevarlo a cabo, requeriría una serie de negociaciones que en este caso no son obligatorias. La empresa asegura además que en ningún momento se saltó ningún protocolo a la hora de ejecutar los despidos.
El siguiente paso es ahora saber en qué medida afectará el ERE que se va a presentar a la plantilla e iniciar el período de consultar y negociaciones.
Fuentes sindicales señalan que parte de la problemática de la que bebe la carrocera parte del retraso de pago a proveedores tanto de concellos como de comunidades autónomas de toda España.
Lo cierto es que los ERE no son nuevos para la plantilla de Carsa. En 2012 ya aceptaron uno para evitar el despido dentro de una plantilla que, en aquel entonces, era más pequeña.
