Elena Rodríguez | “No somos conscientes de lo importante que es la música en la vida”

En casa de Elena Rodríguez Oubiña y desde que ella tiene uso de razón siempre se ha escuchado música clásica. Quizá haberla mamado desde pequeña es lo que ha hecho crecer en ella una vocación que ahora trasmite a aquellos que la escuchan a través de la música del violín. Esta vilagarciana de 17 años de edad será una de las jóvenes talento que actuarán en los conciertos de la novena edición del Festival Peregrinos Musicales que, a partir de la próxima semana, se celebra en el Teatro Principal de Santiago.

Elena recuerda que su devoción por la música, o al menos que ella lo recuerde, “empezó cuando tenía 7 años”. Asegura que “me encantaba Milladoiro. Yo hacía baile gallego y me impresionaba”. La joven vilagarciana empezó a estudiar música en la Escola Municipal de Vilagarcía. “Cuando terminé el curso allí mi madre me planteó seguir en el Conservatorio y allí me fui para obtener un título. Hasta ahora”, explica.

Pese a su pasión por la música no fue hasta los 12 años cuando Elena Rodríguez se decantó por un instrumento. “Al principio yo quería tocar la gaita y también me gustaba el violín. El problema es que en aquel momento en el Conservatorio de Vilagarcía solo había plazas para violín. Y ya me quedé ahí”, recuerda.

Consciente de que la música clásica no es una modalidad que se escuche en todas las casas Elena Rodríguez discrepa con el hecho de que sea una música solo para entendidos. “La gente que te escucha puede que no sepa la nota que estás tocando, si es ‘la’ o ‘si’, pero cuando la escuchan notan que se trasmiten emociones, que hay un mensaje o que nos cuentan una historia”, manifiesta. Eso sí, asegura que acorde a lo que escuchan los jóvenes de su edad, “también me gusta el pop y el metal”.

La joven vilagarciana reconoce que dedicarse profesionalmente a la música es un camino difícil. “La música no tiene una función que se visibilice. Es muy necesaria y no somos suficientemente conscientes de la importancia que tiene la música en nuestras vidas. Es cierto que ves más utilidad en otras cosas: Construyes una casa y la casa queda ahí. En la música se juega un papel diferente porque nos afecta de un modo mucho más subliminal”, apunta.

Elena reconoce que está entregada a la música “en cuerpo y alma” y que puede llegar a ensayar unas 4 o 5 horas diarias. También los fines de semana. Todo un sacrificio para una carrera que va en ascenso.