Una exempleada de Bankia en Vilagarcía estafó a clientes con tarjetas de crédito falsas

Una sentencia laboral emitida por el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia desvela un fraude que afectó al menos a ocho clientes de las sucursales de Bankia de Vilagarcía y Marín, sin que la cantidad sustraida se determine en el fallo. Los hechos se llevaron a cabo, al menos según consta en el informe elaborado por la propia entidad financiera, entre el 26 de octubre de 2012 y el 22 de febrero de 2013, cuando la empleada en cuestión se encontraba destinada en la oficina de Marín. Sin embargo, entre los clientes afectados se encuentra al menos una vilagarciana y fue su caso precisamente el que destapó el fraude, que consistió en la emisión de tarjetas de crédito falsas de las que retiraba dinero sin autorización de sus titulares.
“Se ha autofinanciado usted irregularmente entre el 26 de octubre de 2012 y el 22 de febrero de 2013 medinante la reiterada disposición irregular de las tarjetas de crédito de la entidad (algunos familiares de usted)”, se señala en la carta de despido que se entregó a la trabajadora el 18 de abril del año pasado. En el mismo documento, se explica que la mujer no aparecía como beneficiaria en las tarjetas, “siendo falsas la gran mayoría de las firmas estampadas y comprobantes que soportan las operaciones efectuadas, según efecto pericial caligráfico”. Los titulares de estas tarjetas no llegaron a conocer su existencia. La entidad también señala que la empleada trató de ocultar estos movimientos. “Habitualmente se han realizado imposiciones en las tarjetas por los importes de las facturaciones con objeto de que estas no se cargaran en las cuentas asociadas”. Esta situación fue objeto de una sola reclamación por parte de una clienta vilagarciana, que puso en conocimiento de la entidad que no reconocía la tarjeta emitida a su nombre “así como tampoco la firma obrante en el contrato ni la cuenta vinculada”. Tras una investigación interna, Bankia procedió al despido de la mujer, que entró a formar parte de la plantilla en 1992 con un salario mensual equivalente en pesetas a 4.323 euros. La mujer recurrió a los tribunales, pero el TSXG rechaza su petición en un fallo contra el que solo cabe recurso de casación.