La falta de relevo y la elevada edad de los sacerdotes preocupa en O Salnés

La elevada edad de los sacerdotes, así como la falta de relevo, son los principales problemas a los que se enfrenta la vida eclesiástica en O Salnés. Manuel Couceiro, con 49 años, ostenta el título del cura más joven del Arciprestazgo de Arousa. Le siguen, con 75 años, los de Cambados (José Aldao) y Dimo. A partir de ahí la edad se dispara hasta los 80 años del cura de Santa Baia de Arealonga, los 84 de los de Cea y Carril y los 88 del de Vilaxoán. La situación en el resto de la comarca no es mucho mejor.
La falta de sacerdotes ya provocó el primer cierre de una iglesia en Vilagarcía. Se trata de la de los Padres Claretianos, que asumen la situación con tristeza por dejar la que ha sido su casa durante décadas.
Aseguran que devotos sigue habiendo y que lo que hace falta es relevo. En esto coincide el párroco de A Xunqueira, Manuel Couceiro, que atiende cuatro parroquias más: Fontecarmoa, Cornazo, Godos y Baión.
“No damos abasto”
Con cinco parroquias a su cargo, Couceiro Cachaldora llegó a tener hasta siete celebraciones en el mismo día. “No damos abasto”, reconoce. Los números son bastante desalentadores. En la diócesis de Santiago, a la que pertenece Vilagarcía, se ordenaron tres sacerdotes durante el año pasado. Fallecieron 17. “Hay días que tengo tres entierros. No hay calidad de los servicios como antes”, señala el párroco. Como dato positivo, Couceiro apunta la llegada de sacerdotes de otros países e incluso continentes. “Aquí en la zona ya hay curas ecuatorianos, africanos, pero aún así no es suficiente”, señala. Sobre las causas, el párroco de A Xunqueira tiene claro que la el sacerdocio no resulta atractivo para los jóvenes.
 Y en este sentido, considera necesario iniciar una reflexión profunda, aunque también defiende que la iglesia actual está siguiendo “el buen camino”.
Última eucaristía
El cierre de la iglesia del Corazón de María de los Padres Claretianos ha causado una gran consternación en el municipio, ya que generaciones enteras han pasado por el templo a lo largo de su vida. Y es que son más de noventa años los que la Congregación lleva asentada en la capital arousana. La primera misa que ofrecieron fue en la capilla de San José, el 24 de octubre de 1924, y a cargo del entonces arzobispo Manuel Lago González 
Diez años después se construyó la iglesia ubicada en Praza da Constitución, cuyo futuro, tras el cierre, preocupa a los vilagarcianos. El templo y las viviendas contiguas están en el catálogo municipal de bienes y cuentan con un grado de protección elemental. Por el momento, y hasta el próximo mes, la iglesia seguirá funcionando. La última eucaristía se celebrará el 31 de agosto y servirá como despedida para todos los fieles, que ayer asumían con resignación la noticia.
La marcha de los padres claretianos también la notarán el resto de sacerdotes. “Ayudaban mucho”, lamenta Cachaldora. l