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miércoles | 24 abril | 2024
Garavilla se plantea la posibilidad de alargar el ERE por traslado de forma “indefinida” en Cuca, después de que el pasado viernes una barricada de trabajadoras y vecinos de Vilaxoán frustrasen la salida de cuatro camiones cargados con la maquinaria con destino a O Grove.
En un extenso comunicado de prensa, la firma vasca asegura que “lamenta” que después de cuatro meses no existan avances en la negociación para el traslado a la planta meca y que la asamblea de trabajadoras decida ir a juicio. “Ante esta situación, la compañía está valorando la posibilidad de solicitar una prórroga del ERE de carácter indefinido, ya que algunos trabajadores están impidiendo sistemáticamente el traslado de la maquinaria con el grave perjuicio que representan esta situación para la empresa”, advierten. Y es que Garavilla cree que la sentencia de la vista podría retrasarse hasta los meses de verano por lo que se pondría en peligro la campaña de mejillón “lo que traería graves consecuencias no solo para la marca Cuca sino también desde el punto de vista empresarial, laboral y de los proveedores del entorno que se verían afectados”.
La firma vasca teme perder la campaña de mejillón y culpa al comité de empresa por no haber llegado a un acuerdo
Garavilla asegura que, en el transcurso de las negociaciones de la últimas semanas, fueron aceptando todas las peticiones solicitadas por el comité de empresa de Cuca excepto las que se refieren a la petición de blindar los contratos de las empleadas trasladados por tres años. “Esta exigencia, además de no corresponderse con la legislación laboral, supondría una grave discriminación con el resto de los empleados de la empresa que, como bien saben los asesores sindicales, no podemos permitir ni aceptar”, apuntan.
Y es que la empresa alega que “dicha petición se realiza por el supuesto temor a que la empresa pueda realizar un ERE de extinción una vez culminado el traslado. Sin embargo, esta teoría, además de ser falsa, no tiene ningún sentido puesto que la empresa, si lo hubiese estimado necesario, habría puesto en marcha el ERE desde un principio”.
En este sentido, Garavilla encuentra un claro culpable para que no se llegue a un acuerdo en las negociaciones. “Tenemos que lamentar que una minoría de empleados que controlan el comité de empresa y que no quieren seguir en Cuca estén perjudicando a la mayoría de los trabajadores que quieren seguir, rompiendo las negociaciones, realizando solicitudes imposibles y alargando el proceso, solo con la esperanza de obtener una posible mejor indemnización económica”. Una postura que la empresa no entiende ya que, según apunta, “se garantiza el cien por cien de los puestos de trabajo mientras que en el entorno de la comarca se están perdiendo cientos de empleos”. Además, critican también que se impida “trasladar la maquinaria para seguir fabricando y al mismo tiempo se impugna el ERE judicialmente”.
La empresa asegura que está dispuesta, tal y como manifestó a los representantes sindicales, a abrir una doble vía de negociación: “Con las personas que no quieren seguir en la empresa y con la mayoría de empleados que quieren conservar el puesto de trabajo. Lo cierto es que esta situación no se debe, después de cuatro meses perdidos, alargar más en el tiempo”.
Garavilla también incide en el comunicado que en estos momentos “el cincuenta por ciento de la plantilla de Vilaxoán ya se ha trasladado a la planta de O Grove satisfactoriamente y, esperamos, que este porcentaje se convierta en el cien por cien lo ante posible”. Además reiteran que el traslado de la producción de la planta de Vilaxoán a las instalaciones de Isabel en O Grove responde a razones exclusivamente industriales.
“Cuca se verá favorecida por la complementariedad de servicios comunes, el mejor aprovechamiento de las materias primas y por disponer de unas instalaciones más modernas y flexibles, que permitirán el incremento de producción cuando lo exija el mercado”, señalan. Además, advierten que “las certificaciones de calidad y seguridad alimentaria de la planta de O Grove abren un abanico de mercados para los productos de Cuca, a los cuales sería imposible de acceder desde la producción en la planta de Vilaxoán”.
Finalmente, Garavilla reitera que en este proceso de traslado están garantizados el cien por cien de los puestos de trabajo en las mismas condiciones que en la actualidad. Y, además, añade que las trabajadoras la planta de Vilaxoan percibirán una media de 700 euros anuales en concepto de primas de productividad, algo que sus compañeras de O Grove ya están cobrando al igual que un salario también mayor.
