Garavilla aprovecha el cese de las guardias para sacar los camiones

Garavilla aprovecha el cese de las guardias para sacar los camiones
las puertas de la fábrica de cuca tras el acto homenaje que se celebró el domingo f.f.

El grupo Garavilla aprovechó el cese de las guardias nocturnas, obligado por el traslado de las tres delegadas sindicales a las instalaciones mecas, para sacar los dos camiones de maquinaria que quedaban en la fábrica de Vilaxoán. “Hoxe ás dez xa estaban no Grove”, asegura María José Rey, presidenta del comité de empresa.
Ayer fue su primer día de trabajo en la fábrica de Isabel para ella y para las otras dos representantes sindicales de la plantilla de Cuca. Queda pendiente el traslado de otras ocho trabajadoras y de las seis discontinuas que el grupo vasco se comprometió a mantener.
Rey se mostró muy cansada sobre todo por el cambio en la calidad de vida que supone para las trabajadoras desplazarse cada día al municipio meco. La mayor parte de ellas se tienen que levantar a las cuatro de la mañana, un horario que les impide conciliar la vida laboral y familiar y atender otras obligaciones.
En cualquier caso, las operarias de Cuca, que el domingo celebraron un emotivo acto de despedida y homenaje al pueblo de Vilaxoán, todavía tienen confianza en que la sentencia obligue a reabrir la emblemática nave de “los de Pita” .

temores
Mañana mismo tienen una asamblea para abordar los últimos acontecimientos en torno a un conflicto laboral que comenzó a finales del año pasado, cuando de manera inesperada el grupo Garavilla anunció el cierre de la fábrica de conservas Cuca y el traslado de la plantilla a O Grove. Durante meses, las trabajadoras se atrinchecharon en la caseta para impedir que se sacasen los camiones con maquinaria. El traslado de las tres delegadas a O Grove, que comenzó a hacerse efectivo ayer, puso fin a las guardias nocturnas. La plantilla teme ahora que este no sea más que el primer paso de una serie de movimientos y que la patronal acabe finalmente por deshacerse de una serie de trabajadoras que llevan mucho tiempo formando parte de la empresa y que son reivindicativas. “Las quieren jóvenes y sumisas”, decía una de ellas el domingo.

Garavilla aprovecha el cese de las guardias para sacar los camiones

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