10º-17º
jueves | 25 abril | 2024
“E logo diredes que somos cinco ou seis” y ciertamente eran más. La Policía Local contabilizó no más de 3.500 personas en la manifestación que ayer acogió Vilagarcía contra la reforma sanitaria; la organización ajustó los números hasta los 5.000 manifestantes. En todo caso, el respaldo fue histórico y muchos encontraban estampas similares en las multitudinarias protestas de antaño para exigir la ampliación del Hospital do Salnés. Hasta media docena de cabeceras –con sus respectivas pancartas– partieron de la Casa do Mar pasadas las ocho y media avanzando por Conde Vallellano, lentamente y con un arranque bastante tibio. Pocos megáfonos y silbatos y por un momento parecía un cortejo fúnebre. El difunto, el área sanitaria de O Salnés, que ahora pasará a ser un distrito con Pontevedra. De hecho, “está na UCI” y de seguir adelante con el anteproyecto “empeorará drásticamente”, aseguraron los convocantes. Explicaron que los servicios se concentrarán en los grandes hospitales, “afastando a resolución dos problemas da cidadanía e dos traballadores”. Es más, supone un “perigoso e perverso cambio” en la forma de gestionar y planificar, pasando de basarnos “nas necesidades sanitarias e asistenciais da poboación (lei vixente) a ter só en conta os recursos sanitarios existente (lei modificada)”, es decir, se van a “priorizar criterios económicos en detrimento das necesidades da poboación”, según Rosa Casal, la presidenta de la junta de personal del centro sanitario de Ande y miembro de la Plataforma pola Sanidade Pública do Salnés organizadora de la protesta.
Carritos y bastones
Ella fue la encargada de leer el manifiesto de esta entidad que agrupa a profesionales, todos los partidos políticos de la oposición en el Parlamento, sindicatos y otras entidades. De hecho, ayer se pudo ver a alcaldes del área sanitaria, diputados como Luis Villares, Julio Torrado e incluso al candidato de las primarias socialistas Gonzalo Caballero. Pero sobre todo ciudadanos, de todas las edades; desde bebés en carritos hasta algún asistente con bastón. Si la marcha empezó con tranquilidad, conforme avanzaba se fue calentando y se escuchó música de gaitas y consignas como “Feijóo quere roubar a nosa sanidade” o “A sanidade non se vende, se defende” Detrás de ellas también iban organizaciones como la Plataforma de Monforte –donde se suprimirá otra área–, la Plataforma Veciñal de Sanxenxo, los sanitarios que exigen una ambulancia medicalizada todo el año y SOS Sanidade, entre otras.
La marcha culminó en la Praza de Galicia donde fue preciso esperar hasta concentrar a todos los asistentes porque “É tremendamente grande. Grazas a todos!”, exclamó Casal. Allí pidió la retirada del anteproyecto, la desvinculación de la gestión integrada de Pontevedra y mejoras en la atención primaria.
Casal expuso que la reforma va a dar continuidad al “desmantelamiento” de los hospitales comarcales, iniciado con la “demoledora” EOXI con la que, aseguró, “sufriu un retroceso en autonomía, identidade e desenvolvemento” que se tradujo en “aumento das listas de espera, como consecuencia da falta de xestión e presupuesto propio”, así como la “paralización” de los proyectos de nuevos centros de salud para A Illa y Vilagarcía. Además “agravou” el “problema das plantillas mal dimensionadas” y se “suprimiron especialidades”, dejando a casi todos los vecinos de O Salnés sin cardiólogo en la comarca (solo tienen Vilagarcía y Vilanova). Pero es que la Plataforma asegura también que la nueva ley “vai provocar un maior deterioro” y “potenciará a sanidade privada”.
La Xunta, abierta al diálogo
La capital fue así la primera en mostrar su rechazo con una protesta pública. Le seguirán otras áreas sanitarias. El Sergas, por su parte, celebró ayer una reunión de la Mesa Sectorial y ofreció a los sindicatos diálogo para “consensuar a nova ordenación”, en todos los aspectos que “incidan no ámbito de prestación de servizos e nos sistemas de selección”. Desde la Xunta indicaron que la reforma “facilitará a xestión dos recursos humanos e os profesionais conservarán o seu destino orixinario” y que este año dedicó 58 millones de euros a la mejora de las retribuciones de los empleados públicos.
