Un informe de Patrimonio tumba cualquier reforma en la Praza de Abastos

Un informe de Patrimonio tumba cualquier reforma en la Praza de Abastos
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Un informe de la Dirección Xeral de Patrimonio tumba cualquier reforma de la Praza de Abastos. El organismo, dependiente de la Xunta de Galicia, condiciona las mejoras a la reconstrucción de una escalera que se derribó durante la primera fase.
Una estructura de la que ya no queda nada, ya que la piedra fue reutilizada, pero que además se instalaría en una zona en la que se eliminaron los pisos y se dejaron todos al mismo nivel.
El despropósito es todavía mayor. Y es que la primera fase de la reforma de la plaza se realizó con todos los papeles en regla y con todos los informes sectoriales a favor. Incluido el de Patrimonio.
El alcalde, Alberto Varela, apunta que por entonces el organismo autonómico optó por autorizar el proyecto poniendo como condición que la segunda fase incluyese la reconstrucción de la polémica escalera.
Una actuación que, señala el regidor, conllevaría “derribar varios postos da praza e elevar o chan dous metros”.
Inviable, según Varela y la concejala de Urbanismo, Paola María Mochales, que estuvo en contacto durante meses con los técnicos de Patrimonio para la elaboración del proyecto de la segunda fase al que, por cierto, no se le pone ninguna pega.
Una actuación que tenía como objetivo recuperar los elementos históricos del exterior, como el alzado que ya luce en la fachada principal.
El problema surgió siempre en el planteamiento del interior, según reconocen desde el gobierno local al que no pilla por sorpresa el informe de Patrimonio. “Non por esperada deixa de ser unha mala noticia”, explica el regidor.
Y es que la escalera que se derribó parece imprescindible para Patrimonio. Reconstruirla sería, según la edil de Urbanismo, “facer unha nova”, lo cual, en cualquier caso, no casaría mucho con los criterios  que rigen la conservación del patrimonio.
Y es que otro de los despropósitos relacionados con la plaza, según denuncia el propio alcalde Alberto Varela, llegó en los inicios de la pasada legislatura, con una modificación del proyecto aprobada por la Xunta de Goberno en julio de 2011.
Un problema en la estructura de la plaza obligó a hacer una actuación de refuerzo y el equipo capitaneado por Tomás Fole decidió hacer una modificación de la que, según Varela, “non deron conta a Patrimonio”.
Fue entonces cuando se reutilizó en un lateral de la plaza la piedra de la escalera que ahora obliga a reconstruir Patrimonio. “É inviable. Hoxe toda esta planta está ao mesmo nivel. Ao baixar dous metros a praza” y dejándose un descansillo “precisaríase dun desenrolo de cinco metros na planta”, explica Paola María.
Ante esta situación el panorama que se le presenta al gobierno de Varela es más que complicado. “Non é que non se permita esta reforma, é que non se pode facer obras na Praza de Abastos”, incide el alcalde, que reparte críticas tanto entre el anterior gobierno como entre la administración autonómica. 
“Non é normal que pidan unha subvención sen saber antes se Patrimonio vai autorizar a obra”, asegura Varela con respecto a su antecesor en el cargo, al que también achacó su “empeño” por poner una escalera mecánica.
“Non autorizan porque queren reconstruir a escaleira orixinal e van a permitir unha mecánica”, ironiza el alcalde, que tampoco entiende la actitud del gobierno gallego.
“A Xunta danos a subvención e a Xunta impídenos facer a obra”, reflexiona Varela, que destaca el trabajo que realizó su equipo para intentar sacar adelante un proyecto que cuenta con el apoyo de la asociación de placeros.
Así, el alcalde señala que durante la elaboración del proyecto tanto la responsable de Urbanismo como el de Obras, Lino Mouriño, “estiveron en contacto constante” con Patrimonio.
El socialista señala asimismo que las “directrices” de este organismo marcaron la actuación de la primera fase, que se realizó durante el mandato del bipartito de izquierdas.
En cualquier caso, el alcalde considera que las obras dieron un buen resultado y está convencido de que la Dirección Xeral de Patrimonio “debe rectificar”. De hecho, es intención del gobierno invitar a los técnicos autonómicos a que visiten el edificio, que data de 1929, y que  comprueben su funcionamiento. Un dinamismo con el que no quiere acabar el ejecutivo socialista que luchará para que la reforma de la plaza pueda realizarse. “Hai que respetar o patrimonio pero tamén ser funcional. O obxectivo dunha praza é vender”, dice Varela.

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