Jésica Rodríguez: “La culpabilidad y la maternidad parecen condenadas a ir unidas y nada más lejos de la realidad”

Jésica Rodríguez: “La culpabilidad y la maternidad parecen condenadas a ir unidas y nada más lejos de la realidad”
Jesica Rodríguez Czaplicki tiene su consulta en Vilagarcía y atiende a parejas que han pasado por la muerte de sus bebés

Experta en psicología perinatal


Cada 15 de octubre se conmemora el Día Internacional de concienciación sobre la muerte perinatal, gestacional y neonatal, un tema sobre el que siguen existiendo tabús, del que apenas se habla públicamente y que quién lo sufre todavía no encuentra los apoyos que precisa en su entorno (tanto en el médico como en el familiar). Muchas de esas madres y padres acuden a profesionales como Jesica Rodríguez Czaplicki (con clínica en Vilagarcía y experta en psicología perinatal y sanitaria) buscando respuestas y, sobre todo, entendimiento.


A día de hoy cuando ocurre una muerte perinatal o gestacional todavía cuesta hablar de ello, incluso en el ámbito familiar. ¿A qué se debe?

Sí, sigue siendo un tabú, pese a que cada vez hay más madres, padres y profesionales que alzan la voz para que se conozca esta realidad y se reconozca la vida de estos bebés. Continúa siendo algo de lo que se habla poco, que se silencia y de lo que incluso se niega el dolor. Lo cierto es que en nuestra sociedad la muerte en si misma es un tabú cuando realmente es parte de la vida. Cuando la muerte se produce durante el embarazo, parto o a los pocos días de nacer pues todavía es menos aceptado. Y eso que uno de cada cuatro embarazos terminan en aborto o muerte fetal. Yo creo que no se habla mucho porque igual no se sabe muy bien qué decir.


¿Y qué debe decirse?

Realmente no hace falta más que decir que “estoy aquí e intento comprender tu dolor”. Es suficiente. A veces incluso con la sola presencia o con un abrazo haces más que con una palabra equivocada.


Imagino que hay muchas mujeres que acuden a ti tras un episodio de estas características. ¿Qué buscan en esa terapia?

Lo primero que buscan es sentir validado su dolor, buscan un acompañamiento en ese proceso. Un proceso que consiste en ir construyendo un mundo el que su hijo ya no estará presente en su vida, pero que nunca estará ausente en sus pensamientos. Buscan comprender, poder manejar el miedo, el dolor, la rabia y a veces incluso la culpa por ese embarazo que no llegó a buen término o por ese bebé que falleció.


Después de un episodio así... ¿Cuáles son los mayores miedos a los que se enfrentan una madre o un padre?

El duelo por la muerte de un hijo es un proceso individual, personal y –aunque hay características comunes– no en todos será igual. Aún así sí hay miedos comunes: el miedo a no poder tener más hijos, a que su cuerpo falle, a que vuelva a ocurrir o a no conseguir salir adelante. Incluso miedo a la propia relación de pareja, por su pérdida de identidad... Y sobre todo miedo a que sus hijos e hijas sean olvidados.


Algunas mujeres que pierden a sus hijos en este tipo de episodios se quejan de que muchas veces hay falta de empatía por parte de los profesionales que las atienden. ¿Cree que falta formación específica en este aspecto?

Es cierto que cada vez son más los profesionales implicados que se forman en este campo y que valoran la necesidad de hacer cambios. Aún así sigue habiendo falta de unanimidad en las actuaciones que se desarrollan cuando un bebé fallece inatraútero, en el parto o poco después del parto. Se ha avanzado, sí, de hecho en los años 70 las madres no veían a sus bebés para despedirse e incluso en ocasiones se las sedaba para que no se enterasen o compartían habitaciones con mujeres con sus bebés. Esto ya no es así. Sin embargo sigue siendo necesario seguir avanzando en el adecuado tratamiento de esas muertes.


¿Lo mismo en las interrupciones voluntarias de embarazo?

Sí, claro. Llamo la atención en caso de esas también porque muchas veces estas madres no acaban de encontrar su sitio. Creo además que tan importante como la formación es la concienciación y que exista una implicación real.


Hablaba antes de la culpa...

La culpabilidad y la maternidad parece que están condenadas a ir unidas y nada más lejos. Es cierto que muchas veces una mujer a la que les ha fallecido un bebé o que se han sometido a una interrupción de embarazo buscan explicaciones o el que “se podría haber hecho mejor”. En esas explicaciones a veces aparece la culpa. En el proceso de duelo se trabaja eso ayudando a tomar conciencia de que ellas no son responsables de lo que ha ocurrido.


¿Acuden solo las madres a su consulta o también los padres?

De un tiempo a esta parte afortunadamente hay un cambio. Lo más frecuente antes era que la mujer viniese sola. Ahora acuden muchas veces los dos. Es lo más ideal por diferentes motivos. La madre tiene un dolor inmenso, está en duelo, pero el padre también. Además a veces a él se le exige más en el sentido de que debe sostener a la pareja, ser el fuerte de los dos y se ve atravesado a mayores por los roles y estereotipos de género. Suelen intentar esconder su dolor para que el proceso de su pareja sea más rápido.

Jésica Rodríguez: “La culpabilidad y la maternidad parecen condenadas a ir unidas y nada más lejos de la realidad”

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