La oleada de robos en viviendas dispara el consumo de alarmas en la comarca de O Salnés

La oleada de robos en viviendas dispara el consumo de alarmas en la comarca de O Salnés
cada vez son más comunes las alarmas en los pisos e. m.

La oleada de robos en viviendas particulares que se ha venido registrando en los últimos meses ha disparado el consumo de alarmas en toda Galicia y, como no podía ser menos, también en la comarca arousana. Y es que las empresas encargadas de comercializar este tipo de dispositivos no dan hecho a la hora de visitar a aquellos que muestran interés por colocar una alarma en su casa o incluso en su vivienda. Y es que lejos quedan aquellos tiempos en los que estos aparatos eran exclusivos de empresas y negocios. En la comarca arousana la mayor parte de las empresas que cubren el servicio de alarmas tienen sede en Pontevedra. Algunas empezaron hace años con otro cometido, pero la oleada de robos y el miedo de la gente les ha hecho incrementar su negocio a la venta de dispositivos de alerta. Y es que el incremento de hurtos en viviendas particulares ha cambiado el hábito de los arousanos que antes solo pensaban en este tipo de dispositivos cuando hablaban de negocios o de empresas de un tamaño notable.

Las casas particulares y los pisos se han convertido en los nuevos clientes

“Se ha apreciado un aumento considerable del interés por colocar una alarma en casa”, admiten los comerciales de estas firmas. Aunque señalan también que “bien es cierto que al final muchos de esos interesados no llegan a adquirir finalmente el dispositivo”. Sin embargo las empresas que se dedican a la seguridad tientan con ofertas suculentas a aquellos que han vivido un intento de robo en su vivienda o que han tenido un caso cerca. “La gente tiene miedo y eso se nota. Antes era muy difícil colocar una alarma en un piso o en una casa del rural y ahora es algo que está al orden del día. Cada vez son más los que nos llaman, sobre todo si se encuentran en un lugar un poco apartado”, apuntan.

En el caso de los pisos o bloques de edificio chocan las cifras de ventas de estos dispositivos porque “se supone que están como más resguardados, pero la gente tiene miedo igual, sobre todo la que vive sola porque las bandas incluso vigilan a sus víctimas para saber cuando no va a estar en casa y así actuar libremente”, indican desde estas compañías.

Lo que está claro es que los comerciales de este tipo de empresas, de las que pueden contabilizarse hasta casi una decena solo en la capital de provincia, acuden al lugar de los hurtos poco tiempo después de que se produzcan y, normalmente, alertados por los propios medios de comunicación que se hacen eco de lo ocurrido. Cuando antes era muy complicado que en una vivienda del rural apareciese un comercial para vender una alarma, hoy está al orden del día ofreciendo precios adaptados a los tiempos de crisis para que el gasto no suponga demasiado para el bolsillo del cliente.

Los datos hablan por sí solos. Hace unos años, según lo que apuntan algunos comerciales de empresas de seguridad, el consumo de alarmas por parte de empresas o de negocios rozaba el 80%. Hoy estas cifras han variado considerablemente. No solo porque, con motivo de la crisis, haya disminuído mucho el número de empresas en la comarca, sino también porque se ha disparado la venta de este tipo de dispositivos en viviendas y pisos particulares. Ahora el volumen de negocio en comercios o establecimientos hosteleros, por ejemplo, solo alcanza el 40 por ciento.

“Antes lo normal era que las únicas viviendas que tuviesen alarmas fuesen las que están colocadas en una urbanización de lujo o en el extrarradio. Hoy cualquier vecino de cualquier parroquia puede optar por utilizar uno de estos aparatos de seguridad”, apuntan desde las empresas.

Y es que la crisis ha dejado, aparte de desempleo por las nubes, preocupación por ver peligrar la seguridad.

 

La oleada de robos en viviendas dispara el consumo de alarmas en la comarca de O Salnés

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