En libertad los únicos tres detenidos que declararon ante el juez por robar coches de lujo

El Juzgado de Instrucción número 7 de Vigo puso en libertad con cargos, y con la obligación de comparecer cada quince días, a los únicos tres detenidos en el marco de la Operación Ligustro- Orso, contra el robo de coches de lujo, que pasaron a disposición judicial en Galicia.
Fuentes del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia confirmaron que no está previsto el paso a disposición de más arrestados. Tres de los seis detenidos en Galicia quedaron en libertad tras comparecer en sede policial.
Estas misas fuentes señalaron que por el momento la calificación es muy provisional, pero que la causa se sigue por los delitos de robo, falsedad, receptación y encubrimiento.
Cinco de los seis detenidos en Galicia el operativo llevado a cabo por la Guardia Civil de Pontevedra son vecinos de la comarca de O Salnés, aunque solo dos serían arousanos y el resto serían personas de origen árabe residentes en la zona.
Sin embargo, no se han podido determinar más datos sobre los detenidos que pasaron a disposición judicial y que ahora están investigados por el Juzgado de Instrucción número 7 de Vilagarcía.
La Operación Ligustro- Orso, que permitió recuperar 44 coches de lujo robados en varios países de Europa fue llevada a cabo por la Unidad Orgánica de la Policía Judicial de la Guardia Civil de Pontevedra con la colaboración de los organismos internacionales Europol y Eurojust, y dirigida por el Juzgado de Instrucción número 7 de Vigo, donde se interceptaron algunos de los 44 vehículos incautados a la trama.
La investigación comenzó hace cuatro meses y se saldó con 31 detenidos. A los seis gallegos hay que sumar uno de Barcelona, otro de Granada, tres en Bélgica, donde cogieron al presunto líder de la organización, y una veintena en Italia.
Según dieron a conocer los investigadores, el “modus operandi” de la trama consistía en elegir los vehículos que querían robar y que estaban en la vía pública. Posteriormente, obtenían documentación falsificada del automóvil y de su propietario y, con estos documentos en la mano, se presentaban en los concesionarios oficiales para obtener un duplicado de las llaves de contacto.
Una vez que tenían en su poder el duplicado, sustraían el vehículo y lo trasladaban a una ciudad con puerto marítimo para exportarlo al continente africano. Para llevar a cabo esta actuación, los miembros de la organización disponían de distintas identidades falsas, abrían numerosas cuentas bancarias y realizaban constantes cambios de domicilio.