López apela a los Estatutos y a los órganos de EU para frenar los “insultos” contra él

López apela a los Estatutos y a los órganos de EU para frenar los “insultos” contra él
Jesús López y María Mosquera durante la celebración de un Pleno municipal gonzalo salgado

Irreconciliables son ya las posturas entre las dos partes enfrentadas en el seno de la agrupación local de Esquerda Unida. El portavoz municipal, Jesús López, salía ayer al paso de las duras y graves acusaciones vertidas por su compañero en las filas de Ravella, Miguel Alves, y por un grupo de afiliados entre los que se encuentra el ex coordinador local, Ramón Bueno. En esta guerra interna en la que los que se definen como “la base” del partido acusan a su portavoz y a la otra edil, María Mosquera, de “saltarse las asambleas”, Jesús López se defiende. “Non vou entrar en descalificacións persoais, déixolle iso a eles porque cando non teñen argumentos botan man do insulto e da mentira”, replica López.
El portavoz municipal, elegido en su día por la asamblea de EU para encabezar la lista de las municipales como una apuesta firme por el cambio en la izquierda, replicaba ayer que “eu non diferencio a vida persoal da política por iso non podo permitir licencias e insultos deste calibre”. Y es que López entiende que ante este desafío público y firme por parte de la militancia hacia su persona el partido debe actuar. Esta tarea, ante la falta de una Coordinadora Local, le correspondería al responsable comarcal de la formación, Xan Lamelas, que por el momento no se ha pronunciado al respecto.
López se apoya además en los Estatutos de Esquerda Unida. “Eu creo que coa norma na man e tendo en conta os estatutos dos que eles tanto falan é necesario que o partido actúe contra a difamación grave que se fai contra a miña persoa que excede o ámbito político e que atenta xa co personal, ademais de vulnerar a miña imaxe e a miña dignidade”.
Y es que bien es cierto que los Estatutos de Esquerda Unida son muy claros en este sentido. En el artículo 145 de este documento se considera una falta “moi grave” el hecho de que algún afiliado o miembro del partido contribuya al “deterioro, dano ou menoscabo graves da imaxe pública da organización, os seus órganos e cargos políticos ou cargos públicos”. Incurrir en una falta muy grave, según ese mismo documento, puede conllevar la expulsión definitiva como afiliado de la formación de Esquerda Unida.
Jesús López se apoya en esta premisa para señalar que los compañeros que a principios de esta semana comparecían públicamente para acusarlo de comportamientos “trapalleiros, mentireiros e covardes” han menoscabado su imagen como persona y portavoz.
López niega tajantemente que en las votaciones en el Pleno tanto él como María Mosquera se salten lo decidido por las bases. “Sempre reclamei ao responsable comarcal, e podo demostralo por escrito e con probas, que os asuntos do orde do día do Pleno se incluísen no debate nas asambleas convocadas en tempo e forma”, explica. Añade además que “non se nos pode acusar de non acudir ás reunións, que eles din que son ás 22 horas cando son ás 21 horas e cando si imos. E logo algún aparece pasadas as once da noite”.
La organización local de Esquerda Unida estaba pendiente en breve de la convocatoria de una asamblea para la elección de los órganos locales que, probablemente, se pospondrá tras el estallido de esta batalla interna. López reconocía ayer que “me parece moi difícil ter que estar cun compañeiro que xa non o pode ser, despois do que fixo”.
Y es que la ruptura es más que evidente y, lejos de un diálogo que parece más que imposible, la situación aboca a una decisión que previsiblemente dejará a alguno de los implicados por el camino. Además de en el seno de la formación la división se traslada irremediablemente al grupo municipal en el que Miguel Alves adopta una postura contraria a la de López y Mosquera.

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