10º-17º
jueves | 25 abril | 2024
El día 6 de enero tiene un sabor agridulce para todos los niños. Por una parte la fecha marca el fin del período festivo en el que la ilusión emana por todos los rincones, y por otro es sin duda la jornada más esperada del año por los más pequeños de la casa. Más madrugadores que de costumbre los pequeños arousanos desenvolvieron sus regalos bajo el árbol en donde habían dejado cuidadosamente preparado el avituallamiento para Melchor, Gaspar y Baltasar. Fue el caso de Emma a la que los Magos de Oriente le dejaron todo lo que quería, sobre todo vinculado a la figura de Cenicienta. La conocidísima Frozen también estuvo presente en las peticiones y cartas de muchos pequeños arousanos y los Magos de Oriente respondieron ayer sus peticiones con creces. Mochilas, bolígrafos, libretas y todo un sinfín de muñecas alimentaron la pasión de, sobre todo las niñas, por la figura de este personaje animado. Entre los pequeños las pelotas y los coches, así como aparatos electrónicos, continúan siendo los preferidos.
A la calle
La buena climatología de ayer permitió a los pequeños disfrutar de sus juguetes no solo en casa, sino también en los parques y en las calles. De hecho eran muchos los que estrenaban bici paseando por Rey Daviña o por Castelao, mientras que otros presumían de balón o muñeca nuevos en A Xunqueira y en el parque Miguel Hernández.
Y es que pese a la crisis los Reyes siempre hacen un esfuerzo para que en el hogar de todos los niños haya algún juguete. Los pequeños tendrán hoy todo el día para aprovechar y jugar con sus nuevas adquisiciones, dado que mañana ya empezarán las clases y habrá que volver a los lápices y a los libros. Pero por lo de pronto ayer fue el día para la ilusión y para el entretenimiento y, sobre todo, para envolver unos regalos que han arrancado más de una sonrisa entre los pequeños que son, con diferencia, los verdaderos protagonistas de la Navidad. La multitudinaria Cabalgata del lunes y la felicidad de los pequeños ayer constata que en Arousa todavía se es más de Reyes que de Papá Noel y que las coronas siguen tirando más que el gorro rojo.
