La obra de Praza de Galicia emula un cauce fluvial para ser un “oasis” en pleno centro

En poco más de dos semanas los vilagarcianos podrán disfrutar sin atrancos ni vallas de la nueva fisionomía de la Praza de Galicia. La obra, en la que se invirtieron alrededor de 180.000 euros, busca convertirse en un “oasis” en pleno corazón de la ciudad y en un espacio para disfrute, más que nada, de los peatones. El arquitecto encargado del proyecto, Mariano Vázquez, explicó que la obra emula el cauce normal de un río, desde su nacimiento hasta su desembocadura. El nacimiento estaría fijado en la calle Padre Feijóo en donde se han plantado especies propias de una ribera fluvial. Lo mismo en la zona intermedia (que confluye con Rey Daviña o antigua “rúa do Río”) y en la desembocadura ya llegando a la intersección entre Conde Vallellano y Arzobispo Lago. Así pues en todo el trazado que lleva el agua, que fluye en circuito cerrado, pueden verse desde plantas aromáticas a, en breve, juntos y nenúfares. “La Plaza de Galicia era en su día una junquera, de ahí que se busque un poco ese espíritu”, explica Mariano Vázquez.
La obra solventará, al menos en gran medida, los problemas de inundaciones que se vienen registrando en el entorno cada vez que llueve con intensidad. De hecho, según el arquitecto, los trabajos se realizaron con diferentes alturas para que, en caso de lluvia, parte de la infraestructura sirva como aliviadero. “Se cambiaron pendientes de calles precisamente para solucionar todo esto”, argumenta Vázquez.
Con la nueva fisionomía de la Praza de Galicia habrá estanques “para que la gente se siente aquí y moje los pies si así lo desea”, cascadas pequeñas y mucho ruido de agua. Todo ello aderezado por una fuente que va justo en el medio del estanque y que contará con iluminación y también hilo musical. “Para ocasións particulares”, aclaró el alcalde, Alberto Varela. El espacio, cuyos elementos más altos sirven a modo de banco, tendrá una imagen muy diferente de día y de noche. “Por el día predominará y destacará lo que es la vegetación y los espacios verdes, mientras que por la noche lo que destacará es la iluminación de diferentes colores”, apuntó el primer edil.
El proyecto también recupera parte de las piedras (19 de 40) que conformaban la acera de Padre Feijóo y que en su día formaban parte de la pasarela que comunicaba al centro con Vista Alegre. “No tienen ningún valor patrimonial, pero sí evocan a otra época. Muchas de ellas estaban destrozadas y rotas. Recuperamos las que pudimos”, asegura el arquitecto. Estas, al igual que los otros elementos más altos de hormigón, también servirán a modo de banco.
Según Mariano Vázquez la obra también respecta todas las medidas que tienen que ver con la accesibilidad y el espacio necesario para el paso de ambulancias o vehículos de emergencia. “La zona gris del suelo es la que está pensada más para el tránsito y la más oscura para el disfrute de los peatones”, argumenta el arquitecto. En principio la Praza de Galicia estará lista en la primera semana de junio.