Los parquistas piden a Illas Atlánticas que controle a los jabalíes que viven en Cortegada

Los parquistas con viveros en la zona de A Rosa no tienen previsto quedarse con los brazos cruzados ante los graves daños que manadas de jabalíes están causando en sus producciones casi a diario. La presidenta de la Asociación Virgen del Carmen de Carril, Rosario Maneiro, ya tiene listos dos escritos para enviar a Medio Ambiente y también a Illas Atlánticas. “Cremos que como Cortegada pertence ao Parque Natural Illas Atlánticas, algo terá que dicir este organismo. Pedirémoslle que controlen a poboación de xabaríns na zona”, advierte. Y es que, según los propios parquistas y vecinos de la zona, los jabalíes viven en Cortegada y cruzan los parques cuando baja a marea. “Esta mesma noite os viron como cruzaban a nado os viveiros. Contamos ata dezaséis”, dice Rosario Maneiro.
Hace unos años, se soltó en Cortegada una pareja de jabalíes y ahora parece que la descendencia se ha disparado. Por eso, los parquistas también enviarán un escrito a Medio Ambiente para que adopte las medidas oportunas y trasladen a los animales fuera de la zona. “O que non pode ser é que teñamos nós que ocuparnos dun problema que nada ten que ver co mar”, dice Maneiro.
La presidenta del colectivo de parquistas tampoco oculta su malestar por la respuesta de la Consellería do Mar. “Non nos parece ben que se desentenda dun problema e que teñamos que ser nós os que busquemos unha solución”, advierte. Y es que Maneiro asegura que algunos tienen crías por lo que temen que su reacción en lugar de huir sea de ataque. “Calquera se mete con eles. E se nos fan algo quen se responsabiliza?”, dice.
Ante esta situación, muchos parquistas han ideado sistemas para tratar de ahuyentarles. Algunos incluso han acotado su parcelas con vallas de plástico para evitar que entren en sus viveros, otros han colocado botellas de cristal unidas por una cuerda para que se golpeen cuando sube la marea y con el ruido se alejen de la zona. Algunos contabilizan pérdidas muy importantes porque además de la cantidad, la almeja rozaba ya la talla comercial por lo que a la inversión realizada en el parque hay que sumar los trabajos y esfuerzos realizados en la producción por cada parquista.