El paso de vehículos lastra la estética del casco histórico de Vilagarcía

El paso de vehículos lastra la estética del casco histórico de Vilagarcía
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Un paseo por las calles peatonales de Vilagarcía, a cualquier hora del día, pronto deja al descubierto que el cumplimiento de la ordenanza de circulación, o incluso de las normas básicas, deja bastante que desear. Una cuestión que ya fue objeto de debate en más de una ocasión, también de regulación y de multas, pero que tiene también sus efectos sobre la estética del casco histórico del municipio.
El barrio de O Castro, ya de por sí maltratado en materia urbanística, es un claro ejemplo de los desperfectos que el paso  de vehículos, algunos de ellos pesados, provoca sobre el suelo de piedra.
Muchos de los adoquines de los callejones que confluyen en Martín Gómez Abal, pero también los de la propia plaza, se encuentran levantados o directamente partidos en pedazos.
Las piedras soportan el peso de vehículos de reparto, furgonetas o incluso turismos normales y corrientes algunos de los cuales, dicho sea de paso, circulan por la zona a gran velocidad.
El problema no se encuentra en la actividad regulada de carga y descarga sino más bien en los vehículos que atajan por la zona al mismo ritmo que si lo hiciesen por una carretera convencional.
La señal que precisamente prohibía el acceso a la calle de vehículos no autorizados desapareció hace semanas. La zona de O Castro no es la única en la que se registran estos comportamientos, multados y vigilados por la Policía Local. También en Rey Daviña o mismo en la Praza de Galicia, donde hace unos días los operarios municipales repararon varios adoquines, se registran casi a diario prácticas prohibidas. El principal se encuentra, obviamente, en los infractores. Pero existe también algo de desconcierto sobre la aplicación de la ordenanza de circulación, que se aprobó durante el mandato PP- IVIL y que ahora se encuentra en fase de revisión. En base a este texto, los residentes serían los únicos (además de los autorizados) que podrían entrar con su vehículo a las peatonales para acceder al garaje. Pero la emisión de las tarjetas de residente se paralizó hace tiempo mientras el actual gobierno revisa punto por punto la normativa.

El paso de vehículos lastra la estética del casco histórico de Vilagarcía

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