Con los dos dedos índices levantados y todo el patio de butacas del Salón García en pie Tomás Fole dejó claro cual es su objetivo el domingo: el concejal número 11 que necesita para seguir al frente de Ravella. No lo consiguió hace cuatro años, pero el candidato conservador confiaba ayer en “el aval de nuestra gestión” y en el conocido dicho de “Santa Rita Rita, lo que se da no se quita”. El PP cerró su campaña, por primera vez en muchos años, en un espacio distinto a la amplia Praza da Peixería, por un espacio que Fole remodeló y que, según Louzán, “gusta incluso aos candidatos doutros partidos” (en referencia al socialista Alberto Varela).
Contrariamente a lo que lleva haciendo los últimos cuatro años, Fole dejó en casa los masticados datos económicos, pero no dudó en aludir al menos en dos ocasiones a la “herencia envenenada del bipartito”. También lo hicieron el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, y el presidente de la Diputación, Rafael Louzán, que arroparon al alcaldable junto a todos los miembros de su candidatura.
“Fronte á coherencia do Partido Popular están todos eses partidos obsesionados coa división”, apeló Feijóo. El presidente autonómico reseñó que “hai catro anos a situación era límite e agora está claro que é moito mellor. Iso implica que o estivemos facendo ben e que o podemos facer mellor”.
Fue el presidente del PP el encargado de mencionar los “logros de Tomás” al frente de Ravella. “Eu sei o que é ser goberno en época de vacas flacas. Sei que Vilagarcía nunca tivo menos diñeiro que agora e aínda así fixéronse cousas”, matizó. Además lanzó su pulla particular al anterior bipartito advirtiendo que “non é o mesmo gastar que pagar as facturas que se atopan no caixón”.
Feijóo puso el punto final a un mitin en el que Louzán ya había encendido los ánimos arengando con un “Vilagarcía non pode perder o tren” y advirtió que “aquí non estamos os suficientes e por iso temos que pedir o voto a máis persoas”.
Tomás Fole hiló un discurso en el que defendió su “honestidad y dignidad” frente a aquellos “que me llegaron a llamar ladrón o que me decían que era indigno de mi puesto”. El alcaldable advirtió además que “la demagogia entra rápido, como la medicación en vena” e indicó que “ninguno de los partidos de la oposición puede hacer ni una sola crítica a nuestra gestión económica”. El PP verá el domingo si sus cuatro años han convencido a la “mayoría”, única opción para seguir en Ravella. n