Usuarios del Parque de Ravella se quejaron ayer del mal estado de uno de los bancos azulejados del lugar. Unos desperfectos que atribuyen a los balonazos que reciben de los niños que habitualmente juegan al fútbol. “No solo son un peligro para las personas que nos sentamos al fresco y nos pasan las pelotas rozando la cabeza, también para unos bancos que son muy apreciados por los vilagarcianos”, comentan. Alertaron a una patrulla de la Policía Local que transitaba por la zona para que tomase medidas, pero con escaso éxito. “Nos dijeron que volverían por la zona, pero estuvimos esperando y nada. Para jugar al fútbol están los campos, no unos parques y menos unos bancos que hemos pagados todos los vilagarcianos”, dicen. n