Ravella desoye el reglamento y no sacará a concesión los bares de locales sociales

El gobierno local de Vilagarcía lleva más de dos años dilatando la puesta en marcha de algunos de los epígrafes clave del Regulamento de Uso de Lociais Socioculturais y que, en su día, provocaron la fisura entre el ejecutivo conservador y los colectivos vecinales. A día de hoy, y tal como se reseña desde Ravella, no está preparada la documentación que serviría para sacar a contratación pública la concesión de las tres cafeterías que hay en los locales sociales de la capital arousana. La cuestión es que desde la Concellería de Cultura, que es la encargada de llevar a cabo este tipo de procedimientos, tampoco se plantea un plazo concreto para esta medida. De hecho, y según fuentes municipales, el asunto ni siquiera está en la agenda inmediata de este departamento. Ahora, con las elecciones municipales a la vuelta de la esquina, el proceso se dilatará aún más.
      Cabe recordar que fue precisamente este epígrafe uno de los más polémicos a finales de 2012 y que conllevó, hace justo ahora dos años, a la celebración de un Pleno muy controvertido que tuvo que ser suspendido por una “gaiterada” improvisada de diversos colectivos en Ravella.
      Lo cierto es que en Vilagarcía son tres los locales sociales que cuentan con servicio de cafetería. En su día fueron las asociaciones de Rubiáns y de Vilaxoán las que se mostraron más contrarias a la hora de aprobar un reglamento que fija concesiones de un año (prorrogables) para este servicio. Unas bases que, en teoría, marcan diferentes requisitos entre los que está la libre concurrencia con un baremado específico. Es precisamente esta documentación la que no está lista y la que, por lo menos en estos momentos, el gobierno municipal no tiene previsto incluirla en su agenda. Al menos en el caso concreto de uno de ellos, en Vilaxoán, había personas interesadas en hacerse con la explotación de la cafetería de O Preguntoiro, pero sin que esta salga a concesión pública, ese trasvase de explotación es totalmente imposible. Desde un primer momento las asociaciones vecinales alegaban que habían gastado dinero en adecentar estos espacios y que, por lo tanto, la explotación de las cantinas les correspondía a ellos. Y ahí estaba la gran polémica. En lo que respecta al resto de los epígrafes, entre ellos el establecimiento de unas cuotas concretas por el uso de los locales culturales, según Ravella estos se están aplicando de forma concreta desde poco después de la dimisión del exconcejal de Cultura, Francisco González. De hecho es algo que ocurre con los conocidos como “locales de ensayo” que, pese a la aplicación de este reglamento, desde el gobierno municipal dicen que ha aumentado considerablemente el número de usuarios desde la aplicación del reglamento.