Reportaje | El fuego también arrasa el último reducto micológico de Arousa

Reportaje | El fuego también arrasa el último reducto micológico de Arousa
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La afición a la micología tiene sus fieles en Arousa. La Asociación de Vilagarcía A Cantarela nació al calor de un grupo de ellos y cada año celebran sus jornadas, pero la situación está difícil. Cada vez es más complicado encontrar ejemplares y variedad de especies en los montes arousanos, tanto a uno como a otro lado de la ría, donde había auténticos “paraísos”, cuenta su presidente, Carlos Álvarez Puga. Hasta estos días quedaba un reducto; “unha zona en Catoira moi boa, pero queimouse nestes incendios. Por aquí xa non podo recomendar ningún sitio para recoller cogumelos, quizáis en zonas de piñeiros costeiros, pola humidade”, se lamenta.

El arousano relata que los montes no han levantado cabeza desde la oleada de fuegos de 2006 y que las talas tampoco ayudan porque, en ocasiones, truncan el proceso de resurgimiento de los hongos que precisan años, y no dos ni tres, hasta 20, en casos, para que “volva a haber simbiose entre os fungos e as plantas”. Así, ya ni van al Xiabre porque, aunque se repobló y han pasado 11 primaveras, no hay nada, y eso que era una “zona boísima”; Lobeira también “está fatal” y el “paraíso” de A  Curota (O Barbanza), hoy “é un deserto”. Lo sabe él y sus compañeros porque hacen continuas exploraciones y si la afición no se pierde, es porque “saes igual ao campo coa esperanza de atopar algo”.

Álvarez Puga cree que deberían tomarse medidas como recuperar espacios quemados con especies arbóreas con micorrizado, es decir, que ya llevan el hongo inoculado, y “deixar o monte raso non debería estar autorizado”. Entiende y comparte su aprovechamiento maderero, pero “deberían deixarse algúns exemplares de árbores soltos como se fai noutros países porque tamén é paisaxe para disfrute dos veciños e é desolador velos talados a ras”.

El relato del presidente se puede traducir en datos, concretamente en la evolución de la exposición de sus jornadas del Outono Micolóxico. Duda que esta edición puedan alcanzar las 50 especies y ya el año pasado fueron 74, cuando lo habitual es llegar a las 120, aproximadamente. Y es que a la escasez general se une este año la “brutal” sequía y las elevadas temperaturas.

 

El peor año que recuerdan

Asegura Álvarez Puga que es el peor año que recuerdan y es posible que ya no puedan ver algunas especies porque, aunque está lloviendo, pasó su momento; y porque además, para que se desarrolle el micelo, hacen falta días para que la humedad cale bien en los suelos. “Non é instantáneo”, añade. Esto también afectará a sus salidas programadas en el Outono, hasta el punto de que advierte: “Este ano imos facer máis turismo de paseo que doutra cousa”. Aunque los aficionados nunca pierden la esperanza y viajarán hasta una zona de Oseira (Oursense) que afortunadamente se libró de los incendios de estos días y a Iroite (la cima más alta de la sierra barbanzana).

 

45 hectáreas en Valga

Y la situación no mejorará, de momento. Los fuegos continúan y en Valga ya han dejado 45 hectáreas quemadas en las parroquias de Setecoros y Cordeiro, que finalmente sí se vio afectada. Se trata de las  primeras estimaciones ofrecidas por el Concello, cuyos servicios de extinción continúan trabajando, ya que aún hay mucho humo y, en algunos puntos, incluso pequeños puntos de fuego. De hecho, el Grupo de Emerxencias y la brigada contra incendios municipal están revisando y asegurando los perímetros para evitar que las llamas puedan reavivarse.

Aunque la lluvia del lunes ayudó en la extinción, no fue suficientemente abundante y es necesario garantizar que no vuelvan a producirse situaciones de peligro como las vividas la noche del domingo en Cerneira, Igrexa y Rexenxo, donde el fuego llegó a amenazar varios inmuebles. Este incendio se inició en tres focos diferentes y prácticamente simultáneos, y obligó a intervenir al GES y a la brigada con todos sus medios materiales y humanos, colaborando en la extinción incluso los integrantes que estaban de descanso

Durante la mañana del lunes, en un entorno próximo, aún se declararon otros dos focos en Cerneira y Cordeiro. No obstante, tras las últimas lluvias, la situación mejoró considerablemente. De hecho, según la Consellería de Medio Rural, el riesgo de incendio en Valga descendió a moderado. Esta también informó ayer de que el foco principal, el de Saiar, en Caldas, estaba estabilizado.

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