El respaldo de la Diputación a la Vía Verde depende de la Xunta y del Estado

La Vía Verde que discurrirá entre Vilagarcía, Caldas y Portas cuenta ya con el apoyo de la Diputación de Pontevedra, aunque condicionado a que en la financiación también participen la Xunta y el Estado. Los alcaldes ya enviaron solicitud de reunión al Ministerio y a la Consellería correspondientes, aunque por el momento no obtuvieron fecha de cita.
Cuentan, eso sí, con una respuesta positiva. El presupuesto, de 565.533,20 euros, es asumible, máxime al estar repartido entre varias administraciones. “É un proxecto común de tres concellos. Non é habitual. Entendemos que terá unha boa acollida”, aseguró Alberto Varela, alcalde de Vilagarcía, que ayer estuvo acompañado por sus homónimos en Caldas y Portas, Juan Manuel Rey y Víctor Estévez.
El proyecto, redactado por la Fundación de Ferrocarriles, llega ahora a su fase decisiva, tras conseguir que Adif desafectase y levantase las vías y, posteriormente, limpiase el trazado.
Un único tramo situado en Portas, que se utiliza para el transporte de trenes de cemento, continúa sin desafectar. Es la única vía que discurrirá totalmente por Galicia y el regidor caldense destacó su conexión con el Camiño de Santiago. Con este proyecto, también se busca atraer un “turismo pausado, que disfrute do patrimonio e a riqueza paisaxística”.
Recorrido
La Vía Verde tendrá 9,195 kilómetros de recorrido que comenzarán en Abelle (Rubiáns) y finalizarán en la estación de Portas. Estará habilitada para las personas con movilidad reducida y contará con accesos (además del punto de partida y llegada) desde el cruce N-640A y el Cruceiro de Santiago, en Caldas, y desde las proximidades del Monte Agoseite, en Portas.  Tendrá además siete áreas de descanso, de las cuales dos serán miradores que se situarán en el Pazo de Rubiáns y en O’Coutiño (en el río Umia a su paso por Caldas). Atravesará zonas de interés histórico, como el propio pazo pero también como la Azucareira de Portas.
Actuaciones
La puesta en marcha de la Vía contempla actuaciones como la limpieza del trazado y aledaños, construcción de pequeñas obras de drenaje, estabilización de taludes, diseño de intersecciones y accesos, acondicionamiento de estructuras existentes y adaptabilidad, adecuación y equipamiento de áreas de descanso (con bancos, mesas, etcétera) y señalización, entre otras. “Las complicaciones técnicas no parecen excesivas”, explica Juan Manuel Rey, que reconoce que la parte más compleja es el pintado del puente metálico situado en el límite entre Portas y Caldas, que fue construido a finales del siglo XIX y que constituye un ejemplo de ingeniería ferroviaria. El plazo de ejecución de las obras es de diez meses. Los alcaldes esperan comenzar “canto antes”. l