La sangría de ambulantes del mercadillo lastra aún más la actividad de la Plaza

La sangría de ambulantes del mercadillo lastra aún más la actividad de la Plaza
Los puestos del mercadillo se redujeron sensiblemente en determinadas zonas | gonzalo salgado

La sangría de ambulantes en el mercadillo de martes y sábado es una realidad evidente desde hace varios meses. Salta a la vista, pero también queda en evidencia en las xuntas de goberno, que semana tras semana aprueba sucesivas bajas de puestos. La zona situada en las inmediaciones de la Praza da Verdura empieza a quedar desierta.
El problema fue abordado recientemente en una reunión a la que asistieron la Asociación de Placeros y representantes del gobierno local de Vilagarcía.

Una de las medidas que se abordó fue la reagrupar los puestos que siguen fieles al mercadillo para así, al menos, no dar la sensación de vacío que muestran determinadas zonas.


La situación lastra todavía aún más la actividad de la Praza de Abastos, que hace tiempo que ya no pasa por sus mejores momentos. La bajada de la actividad se nota a diario, pero ahora también los martes y sábados, que antiguamente suponían un revulsivo para los placeros.
“Hace algo más de veinte años la gente de las aldeas bajaba de los autobuses con las bolsas llenas de comprar en la plaza. Ahora eso desapareció”, se lamenta Juan Carlos López, presidente de la asociación, señala como causas condiciones ya estructurales y de difícil solución.

Aparcamiento exclusivo
Aunque se van a intentar algunas medidas para incentivar la compra en la Praza de Abastos y una de ellas va a ser convertir el aparcamiento de Alexandre Bóveda en exclusivo para los clientes durante el horario comercial, es decir, por las mañanas entre semana. Además, López confía que con la bolsa de estacionamiento que se va a crear en las inmediaciones, en el triángulo de la desembocadura del río de O Con, se ganen también atractivos para devolver clientes al emblemático mercado de Vilagarcía. Pero la cuestión va más allá y requiere de la propia concienciación de los placeros. Y es que López denuncia que cada vez hay más venta ambulante a domicilio, pese a que está totalmente prohibido. “Hay gente que vende pescado en la plaza y que el resto de días se van con el camión por las aldeas. La gente, si se lo llevas a casa, no viene a la plaza”, lamenta el portavoz del colectivo

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