Sesenta hectáreas reducidas a cenizas en apenas 24 horas

Sesenta hectáreas reducidas a cenizas  en apenas 24 horas
incendio forestal renza vilagarcia /

El balance de la acción de los incendiarios en el Ulla-Umia no puede ser más negro: más de sesenta hectáreas de superficie forestal reducidas a ceniza en poco más de 24 horas, las transcurridas desde el anochecer del martes hasta la madrugada de ayer. Cuntis y Moraña se llevaron la peor parte. En la villa termal se contabilizaron hasta cuatro fuegos que arrasaron unos 450.000 metros cuadrados de monte, obligando a cuatro voluntarios de Protección Civil a redoblar esfuerzos para intentar salvar, en lo posible, el Xesteiras, que ardió por varios flancos. Primero en O Pastizal, donde fueron pasto de las llamas unas 28 hectáreas. Otro fuego que avanzó desde Vea amenazó después las zonas de Portela y Couselo, llevándose por delante 15 hectáreas en término municipal cuntiense (en total, contabilizando también A Estrada, se quemaron 26 hectáreas). “Era monte arbolado, piñeiros xa grandiños, de cinco ou seis anos”, explica un voluntario. Aprovecharon las pistas existentes y abrieron nuevos cortafuegos para frenar las llamas “arriba” y evitar “que baixaran cara Couselo”, donde “hai casas bastante metidas no monte”.
Prácticamente sin tiempo de recoger la manguera, volvió a reaparecer el fuego en la zona de Piñeiro, entre Monte Sandeu y A Toxeira, donde una decena de casas vieron las llamas muy de cerca, apenas a 100 metros. “Tivemos que actuar moi rápido e cortar o lume nun camiño” y limitar la afección a dos hectáreas. Tampoco hubo que lamentar males mayores en Guldrigáns. “Plantaron lume ao pé da N-640. Non tivemos que cortar a estrada de milagre, porque chegamos rápido”, apunta el integrante de Protección Civil.
En cuanto a Moraña, quedaron carbonizadas más de 15 hectáreas de arbolado en dos fuegos que se declararon en la misma zona, en Saiáns, justo en el límite con el municipio de Caldas. De hecho, las llamas llegaron hasta la parroquia caldense de Arcos da Condesa, y para sofocarlas actuaron diez brigadas, cuatro motobombas, tres helicópteros y cinco aviones.
Caldas y Catoira tampoco se libraron de los incendios en las últimas horas. En la villa vikinga, de nuevo ayer volvió a arder en Tras da Veiga, donde se contabilizan ya cinco fuegos este verano. En esta ocasión las llamas estuvieron muy cerca de las viviendas, apenas a dos metros. El nerviosismo se apoderó de los vecinos, que salieron de sus casas para ayudar con sus propios medios a los brigadistas de Medio Rural y miembros de Protección Civil de Catoira y Valga que participaron en la extinción: “Levamos uns días que mete medo”, dicen. El alcalde, Alberto García, exigió esta misma semana una investigación para identificar al pirómano de Tras da Veiga.n

Sesenta hectáreas reducidas a cenizas en apenas 24 horas

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