El temporal deja fincas y propiedades anegadas y viales cortados en Arousa

El temporal de lluvia y viento que azotó ayer la costa arousana volvió a convertir al río Umia en el epicentro de las incidencias. Una vez más, y por enésima vez en este invierno, el cauce fluvial más importante de la comarca se desbordó a su paso por la zona de Vilanoviña (en Meis) y en Ribadumia a la altura de Cabanelas y Pontearnelas. El desbordamiento obligó, de hecho, a cortar la circulación viaria en la conocida como carretera de la parcelaria, así como en el vial que une Pontearnelas con la parroquia vilanovesa de Baión. El cauce se mostró constante a lo largo de toda la jornada, aunque desde los servicios de Protección Civil se mantuvieron alerta ante posibles cambios en el mismo. En el edificio del Náutico O Muíño, en Cabanelas, el agua volvió a anegar el edificio. Desde la entidad incluso afirmaban que era la “enchente máis grande” de los últimos años en la zona.
En la zona de Vilanoviña, muy cerca del Asador Umia, volvieron a revivir de nuevo el episodio del río tocando la escalinata principal del edificio. Fincas anegadas por completo, caminos intransitables, contenedores caídos y paraguas en las papeleras conformaron la estampa del paso del temporal por la comarca.
El Umia se comportó mucho mejor a su paso por Caldas en donde, cada vez que llueve, los servicios de Emergencias se movilizan por completo. Solo en la zona de A Tafona y alrededores en donde el caudal del río subió más de la cuenta. Todo el resto, tranquilo aunque desafiante.
En la zona del Ulla-Umia los servicios de emergencias también tuvieron que actuar en el ayuntamiento de Valga. Protección Civil se vio obligada a cortar un vial en la zona de A Devesa, por la rotura de una bomba. Además también se prohibió el tráfico rodado en O Forno por el desbordamiento, aunque tímido, del río Louro.
Conjuntamente con los servicios de emergencias y Protección Civil un total de seis brigadas de la Diputación están en activo estos días, junto a otras dos en alerta, para atender desbordamientos, desprendimientos, socavones y árboles caídos.
El parte emitido por la administración provincial apunta a varias bolsas de agua en diferentes puntos de Ribadumia, Vilanova, Caldas y Sanxenxo. En el marco de toda la provincia las brigadas de mantenimiento de la Diputación atendieron a medio centenar de urgencias. En lo que se refiere a los ayuntamientos del norte de la provincia, como los de O Salnés, fueron alrededor de una veintena las incidencias a las que hubo que hacer frente.
En Vilagarcía, pese al temor de que la recogida de pluviales jugase una mala pasada en los lugares más problemáticos, no hubo que lamentar incidencias de gran calado.