Tomás Fole | “En 2010 me ofrecieron el Puerto para que no optase a ser presidente. Yo tenía claro que iba a luchar”

Tomás Fole | “En 2010 me ofrecieron el Puerto para que no optase a ser presidente. Yo tenía claro que iba a luchar”
Tomás Fole Díaz durante un momento de la entrevista en Diario de Arousa | gonzalo salgado

Tomás Fole puso el domingo el punto final a 14 años como presidente local del Partido Popular. Durante estos casi tres lustros inició su papel como líder del principal partido de la oposición en momentos crudos para la formación, sobrevivió a uno de los congresos locales más duros que se recuerdan en Vilagarcía y consiguió la Alcaldía en 2011 para perderla cuatro años después. Se define a si mismo como un “friki” del análisis político y no se reconoce en los adjetivos de “frío y pusilánime” que muchos le han colgado estos años. Dice que en Madrid, como diputado, está aprendiendo “mucho día a día” aunque “me cortan, porque hablo mucho”. En esta entrevista analiza su papel al frente de la formación y los momentos que más le marcaron.

Ha pasado mucho tiempo... ¿Cómo estaba el Partido Popular de Vilagarcía cuando Tomás Fole llegó hace 14 años?
El partido era una auténtica Torre de Babel. Había un presidente vigente, un portavoz que estaba al margen de ese presidente y se sufría la reciente escisión de IVIL. Después vino la hecatombe del fallecimiento de Miguel Ángel González, a dos meses de las elecciones. El presidente provincial me pidió que echase una mano y entré. Era una situación extraordinaria y construir el partido era lento y complicado. La gente estaba muy quemada a nivel local. Mantenernos en las elecciones de 2003 ya era todo un éxito y al final subimos un concejal.

Pero había gente que criticaba su inexperiencia...
Sí, había gente que pensaba que yo estaba allí para pasar aquellas elecciones y que luego vendría otro a coger las riendas. Algunos me achacaban que no tenía experiencia, ni liderazgo. Yo siempre intenté ser como soy, para bien o para mal. Todo eso tienes que aprender a llevarlo. Yo tenía en esos momentos todas las bazas para decir que lo habíamos hecho bien porque, más tarde, en 2007, también subimos en votos. El proceso era lento, pero poco a poco se fue incorporando gente y fuimos haciendo músculo.

¿Hubo presiones para que ese proceso de mejora y cambio no fuese tan lento?
Yo creo que entre 2003 y 2007 la Dirección Provincial entendía que íbamos con los pasos justos. No sé en qué momento se produjo una creencia por parte de determinados miembros del partido de querer acelerar las cosas cuando todavía quedaba mucho tiempo para las siguientes elecciones municipales.

¿Se refiere al 2010 cuando al Dirección Provincial señaló a otro candidato para presidir el partido?
A ver, en aquel momento íbamos superando todas las pruebas. No entendimos como en el año 2009 se plantea la necesidad de un cambio y que no se diesen explicaciones del porqué.

Lo recuerda como un momento muy duro...
Sí, fue un momento muy duro, durísimo. Me llevé sorpresas desagradables de gente que no me esperaba. Tú puedes no compartir un proyecto y puedes pensar que las cosas deben hacerse de otra manera, pero eso no quiere decir que tengas que mentir o descalificar. Hubo gente muy cercana que me dijo cosas muy fuertes que no eran ciertas. Hubo momentos en los que lo pasé muy mal y yo no soy una persona hipócrita. Cuando alguien me traiciona me cuesta el saludo y no me vas a dar un abrazo de oso ahora después de haberme metido uno de espinas. Lo siento, pero no.

Pero no pudo pillarlo el movimiento por sorpresa teniendo en cuenta la proyección de Javier Puertas en la Autoridade Portuaria...
Al contrario, fue una cosa muy de sorpresa. Claro que noté el impulso de Javier Puertas, pero tradicionalmente la presidencia de la Autoridade Portuaria era un puesto de retiro, no de proyección. Después todo empezó a caer por su propio peso y ya dije que él iba para presidente local, para alcalde y para todo.

Y en medio de ese fragor en algún momento le dijeron: “Tomás, échate a un lado” ?
No, no de esa forma. Es cierto que en ese entonces me ofrecieron el Puerto, pero yo planteé: “¿Es una propuesta para dar el salto o para retirarme?”. Yo lo tenía claro. No había venido para un puesto en el Puerto y no era algo que estuviese ni en mi agenda ni en mi estrategia. Dije claramente que seguía en el ámbito municipal y que iba a luchar y para el Puerto hice propuestas de nombres de personas de amplio reconocimiento político y profesional.

Y el elegido fue Javier Puertas...
Fue una absoluta sorpresa, tanto por su perfil como porque la cosa iba encaminada a que fuese presidente y candidato a la Alcaldía algo que, como digo, no era lo habitual en el Puerto.

Aquella fue una campaña muy dura en la que no hubo opción a una lista de consenso...
Yo soy una persona de consenso por naturaleza, pero si el candidato me está diciendo que mi proyecto es totalmente equivocado, que lo que quiere es ganarme, y su segundo lanza una serie de acusaciones contra mí intentando enredar, embarrullar y descalificar... ¿Cómo incorporas a alguien? ¿A quién? Yo en ese momento tenía las cosas muy claras y ya era una cuestión personal y también de mi equipo. Había gente que estaba conmigo que me decía que “yo por esto no paso”. Nosotros podíamos presumir de haber trabajado unidos, como un equipo, y habíamos huido del modelo personalista de años anteriores, como el de Rivera Mallo.

Vamos, que tenía muy claro que ese Congreso iba a ser un duelo...
Hubo un momento en que se quiso dejar patente que había idea de un cambio desde la Dirección Provincial. En los medios, en 2009, se hacían las quinielas de quién sería el próximo candidato a la Alcaldía. Recuerdo perfectamente que se ponían como posibles nombres a José Juan Durán, el candidato eterno, a Carlos Oubiña, expresidente de la Cámara de Comercio, y a mí. Ya antes se había especulado con Maneiro Cadillo y, también, con José Juan. Llegó un momento en que ya no podíamos estar con este tipo de cantinelas. Fue algo que me cansó de forma personal. Eso sí, siempre actué de una forma escrupulosamente institucional y cuando algo no me gustaba se lo decía personalmente al presidente provincial, no con amenazas en prensa o aviso a navegantes como otros. Reuní al Comité Ejecutivo y dije que esto no podía seguir. Fue ahí cuando se convocó el Congreso Local.

Ese Congreso lo ganó y algunos dicen que incluso lo fortaleció para ser posteriormente alcalde...
Sí, algunos dicen eso, pero fueron momentos muy duros.

Dice que usted cogió el partido dividido en 2003 y que han conseguido unificarlo, pero Alfonso González insiste mucho en su discurso de que su idea ahora es precisamente, lograr esa unión. Eso da a entender que igual hay algunas diferencias...
Yo creo que el mensaje de Alfonso es el de “unión” en concepto general, en el de que la unión hace la fuerza. Está claro que voces críticas las hay en todos los partidos y si yo quiero escuchar algo negativo del PP sé a quien preguntar. Nosotros perdimos unas elecciones y está claro que hubo gente que se fue, bien porque perdió nuestra confianza o por otros motivos. Igual hubo un enfriamiento. Yo le dije a Alfonso que debería hablar con todos porque algunos que pudiesen tener algún enfrentamiento conmigo igual con él no. También es cierto que hay gente que nunca encuentra el ambiente oportuno a no ser que lo capitaneen ellos.

¿Sigue IVIL siendo una amenaza?
A ver, el último proceso de IVIL fue público. Muchas veces lo que se hacen son órdagos. Yo ya le dije a Alfonso que no se preocupe, que cuando quede poco tiempo para las elecciones aparecerá gente que dirá que va a presentar candidatura. Ni caso, siempre es una llamada de atención.

La propuesta de un cambio en la presidencia local llegó en esta ocasión en un momento distinto a 2010...
Sí, pero la puesta en escena de este cambio a mucha gente le fastidió porque se preguntaba: “¿Por qué aquí y en otros sitios no?”. Porque las elecciones no solo se perdieron en Vilagarcía. Es cierto que en 2015 estaba claro que yo iba ser candidato y creía que también sería alcalde, pero no fue así. La Dirección Provincial planteó una fecha de Congreso, pero todavía no había candidato. Yo hablé con Alfonso González y le planteé este nombre a la Dirección Provincial. Yo creo que es una persona con un currículum impresionante.

O sea, que ya había tenido contacto con González Gallego previamente...
Claro. Yo le había planteado estar en mi lista en 2015, pero por temas de incompatibilidad con la presidencia de la Cruz Roja no pudo ser. Ahora era el momento.

¿En ningún momento se planteó repetir como presidente local?
No, no. Yo ahora me dejo brindar para este otro rol en este tránsito.

Hay gente que todavía piensa que hay Fole para rato...
Puede que hubiese gente que, como se dilató tanto el nombre del candidato, pensase que iba a ser yo. Lo que está claro es que si se optaba por la renovación, si yo no era candidato otros que llevaban más tiempo en cargos institucionales tampoco.

La duda está ahora si, con Alfonso González como presidente local, Tomás Fole seguirá como portavoz municipal...
Sí, voy a seguir. Nunca me plantearon dejar de ser portavoz. Todo dependía de como se diese la situación y quién fuese el candidato. La portavocía parece una cosa menor, pero es la imagen del PP, es la cara. Es la primera vez que se plantea esta dualidad, que el presidente del partido y el portavoz sean diferentes personas. Yo creo que la coordinación va a ser perfecta. Yo no estoy ni un paso adelante, ni un paso atrás ni al lado, porque eso parece que es estar mirando de reojo. Yo quiero seguir dando pasos adelante, pero al lado de Alfonso. Que en la medida que pueda aportar, pues hacerlo.

Gallego se encuentra un escenario diferente al que usted definió del 2003...
Por supuesto. Cuando yo llegué no había ni tren ni vías, tuvimos que construirlas. Él coge un tren en marcha, puede ser el AVE, el Alvia o uno de cercanías, pero está en marcha y con gente que sabe perfectamente a donde ir y donde están las estaciones. Vienen ideas nuevas y ganas nuevas, y eso es bueno.

Lo habitual es que el presidente local del partido sea también candidato a la Alcaldía, al menos en el PP.
Yo creo que tampoco podemos exigir a una persona que diga que va a ser alcaldable ya. No creo que sea positivo. Ahora es el cambio de presidente y se ha dado. La gente lo irá conociendo, él irá dando pasos y también incorporando a más personas. Yo solo digo que los mirlos blancos no existen y que Alfonso es mucho mejor que Alberto Varela. ¿Quién era Varela? ¿Qué experiencia profesional tenía? Entró como entró en el ayuntamiento y nada más. Vale, era un tío joven, bien parecido, del mundo del deporte... Pero no hay color. Alfonso es director comercial del Puerto, presidente de la Cruz Roja, fue jugador del Arosa... el perfil es mil veces mejor. La experiencia ya la cogerá con el tiempo, nadie nace aprendido. Yo tengo claro que el mejor candidato es el que da el paso adelante y se presenta.

Ve posibilidades de apear al PSOE del gobierno en 2019...
Veo muchas opciones analizando la situación actual. EU está roto y no se sabe a donde va llegar esta situación; con las mareas no se sabe muy bien qué va a pasar o si Podemos irá por libre; al BNG ni está ni se le espera; Gaspar González no sé cuales son sus pretensiones ni sus planes y el PSOE con las primarias a nivel general se va a abrir en canal. Todo esto justo antes de las municipales. La gestión de Varela es gris y saca cosas adelante con el apoyo de un tránsfuga. Trabajaremos para sacarlo de Ravella. Hay partido.

Tomás Fole | “En 2010 me ofrecieron el Puerto para que no optase a ser presidente. Yo tenía claro que iba a luchar”

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