Reuniones, escritos y llamadas. También movilizaciones. Pero nada de eso parece llevar a una solución. En Trabanca Badiña están hartos de la inseguridad y del panorama que, día a día, ven los niños. "El otro día estábamos en el parque y vimos como se pasaban", explica una niña, de unos 12 años. "Van ao río a fumar droga", apunta una abuela, que ya habló con ellos en más de una ocasión. "Ao mellor meu neto logo é peor ca ti, pero agora é un neno", le explicó a uno.
Pero el diálogo tampoco les sirve de mucho. "É como falar cunha farola", explica un vecino, que los tiene muy próximos. Son dos hermanos, con antecedentes, que aseguran que reciben visitas que no siempre acaban en buenos términos. "En una ocasión hubo una pelea con escopeta de perdigones", apunta Rafael Barcala, de la asociación. "Eu tendo a ropa mirando para os lados", señala otra vecina.
No es la primera vez que en Trabanca Badiña se movilizan. También se reunieron con el gobierno local y con la Policía Nacional. Ahora están dispuestos a retomar estos encuentros, pero reclaman medidas contundentes. "Vir por aquí veñen, pero non baixan do coche e non os ven", apunta una afectada. La asociación reclama que se haga una investigación en profundidad para desarticular el punto de venta y que se ataje el problema de inseguridad en el barrio. Mientras, los vecinos están desesperados y alguno incluso acudió al juzgado con un cristal de los que apareció en su huerta, fruto de una de las peleas. "Ata que non haxa unha morte aí non fan nada", concluye un vecino.