Una mano que llega desde miles de kilómetros de distancia

Una mano que llega desde miles de kilómetros de distancia
Daniel Kadalie Kamara

Son más de cinco mil kilómetros de distancia los que separan Vilagarcía de Sierra Leona. Así lo calcula Google Maps, que asegura que la distancia se recorre en 73 horas si se circula en coche. Pero no hay máquina que estime el tiempo que se tarda en llegar al corazón de los niños atrapados en la guerra, ni de aquellos que velan por darles una vida fuera del fuego enemigo.

Una vida normal, como la de cualquier niño que estudia en el IES Castro Alobre. Fue precisamente en la biblioteca de este centro, escenario de sueños por cumplir, donde surgió un proyecto de la mano de la ONG Desarrollo y Educación Solidaria.

Gracias a esta colaboración, Chema Caballero, cooperante y coordinador de la ONG, se desplazó al centro situado en San Roque para dar a conocer la situación de los niños soldado ante los jóvenes vilagarcianos. El esfuerzo tuvo su fruto y en medio de la pandemia que llena de letargo y preocupación muchas tardes, en el Castro Alobre recibieron una buena noticia. En realidad, tres. Llegaban, precisamente, de DYES. 

Se llaman Dane Kadalie Kamara, Samuel Samura y Timothy S. Conteh. Fueron niños soldados. Ahora son graduados universitarios.

Una mano que llega desde miles de kilómetros de distancia

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