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jueves | 25 abril | 2024
Ni las movilizaciones ni la presión social y política parece que vayan a convencer a Garavilla de la necesidad de que Cuca permanezca en la emblemática nave de Vilaxoán. El grupo vasco califica el traslado de “irreversible”. De hecho el proceso ya ha comenzado con el desplazamiento a las instalaciones de O Grove de 15 administrativos y comerciales de la planta de Cuca y en los próximos días veinte trabajadores seguirán la misma suerte.
Así lo dio a conocer ayer la empresa a través de un comunicado en el que también reveló que en los próximos días se informará a los empleados afectados de que a partir del próximo mes empezaría a trabajar en la fábrica meca.
El grupo vasco califica de “irreversible”
este proceso en
el contexto de una “crisis generalizada”
Pese a las movilizaciones realizadas y convocadas para los próximos días, la empresa no parece dispuesta a dar marcha atrás y se remonta al periodo de consultas que finalizó “sin acuerdo con los sindicatos” a mediados de diciembre. Garavilla asegura que durante esas negociaciones los representantes de los trabajadores “non han realizado ningún tipo de propuesta concreta, excepto la de retrasar el traslado al menos tres meses”.
Esta petición fue rechazada porque “supondría que la producción de Cuca en O Grove no estaría operativa antes de la campaña del mejillón con el consiguiente perjuicio y deterioro para la marca”. Además, se comprometen a que el proceso se efectuará lo más rápido posible. “El Grupo Garavilla quiere subrayar que el traslado de la producción de Cuca a las instalaciones de O Grove es una obligación de responsabilidad empresarial en un contexto de crisis generalizada en el que los mercados de conserva de gama alta, como los de Cuca, acaen a tasas del 10% en volumen, al tiempo que las materias primas alcanzan máximos históricos”, aseguran desde la compañía. Además, el grupo vasco insiste en que se garantizan el “100% de los empleos en las mismas condiciones”.
Representantes de Garavilla se reunieron ayer en Santiago con el alcalde de Vilagarcía y responsables de la Consellería de Industria, pero el encuentro no sirvió para paralizar un traslado que parece inminente.
