Vilagarcía se convirtió ayer en una gran fiesta al aire libre y no hubo excusas posibles. Desde la mañana hasta la tarde noche familias enteras se congregaron en las calles más céntricas para disfrutar de la música, el baile y el teatro en una jornada mágica en la que la diversión dejó de girar en torno al fútbol. Al menos durante unas horas.
Pequeños y mayores dejaron en casa la vergüenza para ser mucho más que público en un gran espectáculo que tiene como principal atractivo precisamente eso, la familiaridad.
Padres e hijos se lanzaron a los micrófonos para cantar temas tan conocidos como “We are the world” y además de demostrar que los ensayos dieron buenos frutos pusieron en escena algo mucho más importante: Que la música une.
No solo dieron el cante, hubo espacio para mucho más. Las pequeñas de la escuela de Begoña Fontán, demostraron elegancia y saber estar sobre el escenario de la Praza de Galicia, por el que también pasaron alumnos y padres del colegio San Francisco, el grupo Embruxo de Guillán, los miembros de la asociación cultural Nydia, las Bulideiras y Perla de Arosa. La moda del zumba también se hizo un hueco en la Festa da Música, con el ritmo marcado, eso sí, por las notas más actuales.