La viuda de la víctima del crimen de Guillán: “Mi marido no llevaba la navaja cuando le dispararon”

La viuda de la víctima del crimen de Guillán: “Mi marido no llevaba la navaja cuando le dispararon”
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La viuda de Alfonso Gómez Lorenzo, el hombre que murió a manos de su hermano en Guillán, declaró ayer que su marido no llevaba la navaja en el momento en el que Santiago, le disparó tras una pelea. Una discusión que, dijo Rosario Ferreirós, inició el acusado “cuando vino gritando” a la casa donde el matrimonio convivía junto a sus dos hijas y a la abuela paterna.
La mujer declaró que “Alfonso estaba terminando de cenar” cuando su hermano se dirigió a su casa para pedir ayuda de su madre por una amenaza que se había producido minutos antes, según declaró el acusado y negó la mujer de la víctima. Rosario Ferreirós asegura que su cuñado roció “sin más” a su marido con un spray y cuando la víctima se fue a lavar al baño “le dije a Santiago que nos dejara en paz”, declaró en la segunda sesión del juicio que se celebra estos días en la Audiencia Provincial de Pontevedra.
La viuda contradijo el relato del acusado en varios puntos y negó que ella estuviera sujetando a su marido en el momento en el que se produjo el disparo. “Cuando llegué ya estaba en el suelo”, aseguró Rosario Ferreirós que añadió, a preguntas de la defensa, que “solo lo agarré cuando salió de casa”.
La mujer reconoció como posible navaja de Alfonso Gómez Lorenzo la que le mostraron en la sala y que se corresponde con la que la Policía Científica localizó el día después del crimen abierta y escondida en un muro a medio camino entre la casa del acusado y de la víctima. “Sí que se parece a la de mi marido”, dijo Rosario Ferreirós, que no encontró ninguna explicación a por qué el arma no apareció en el primer registro que se hizo del escenario del crimen.
Por otra parte, Rosario Ferreirós también negó haberle dicho a su cuñada, que declaró poco después, que se iba a separar de Alfonso Gómez en cuanto sus hijas fueran independientes. “Eso es mentira. Mis hijas ya son mayores y yo seguía con mi marido”, dijo.
Sobre la causa de las frecuentes disputas entre víctima y acusado, Rosario Ferreirós explicó que “discutían por caballos y por temas de fincas”
El interrogatorio que la defensa hizo a la viuda fue tenso y cargado de advertencias por parte del juez. El abogado de Santiago Gómez Lorenzo trató de echar abajo el testimonio de la mujer alegando contradicciones con el primero que dio tras el crimen, argumento que tumbó el representante del Ministerio Público. “Es lineal, reproduce exactamente lo que dijo en la declaración”.
El relato que el acusado y otros testigos hacen de Alfonso difiere por completo al que ofrecieron su mujer y sus hijas, que lod describieron como un hombre “cariñoso”. Rosario Ferreirós negó que su marido fuese un hombre violento y que mantuviesen frecuentes peleas.
“Mi padre era trabajador. Era cariñoso con nosotras. Era un hombre callado e introvertido pero cuando hablaba de su hermano siempre decía que le dolía estar así”, explicó la pequeña de las hijas, Sara Gómez, que negó que su padre maltratara a su madre. “Por dios, llevaban juntos desde que ella tenía 14 años, y teniendo dos hijas mayores, ¿lo íbamos a consentir?”, declaró.
La joven también aseguró que sus otros dos tíos, Margarita y Javier, no tenían relación con Santiago. “Todos los hermanos se llevaban fatal y ahora hacen piña. Pues ellos verán”, dijo Sara Gómez, que se mostró firme al asegurar que nunca antes hasta el lunes había visto a su tío Santiago con muletas.
Las hijas de Alfonso Gómez no solo echaron abajo la imagen de su padre como un hombre violento e intratable, sino también la que hasta entonces se había dado de su tío, el acusado, del que dijeron que tenía problemas con los vecinos.
Un dato que corroboró una residente en Guillán, Pilar Barcala, que describió a la sala un episodio agresivo de Santiago Gómez Lorenzo en la que ella fue la principal afectada.
“Eu estaba no centro cultural cando el entrou cunha escopeta en plan amenazador. Díxome que as mulleres rurais merecían dous tiros por unha denuncia que lle puxeran. Díxenlle que nós non foramos. Ese fin de semana o pasei moi mal”, dijo la mujer que también aseguró que el acusado no llegó a apuntarla con el arma en ningún momento y solo fue una denuncia “verbal”.
En cualquier caso, estos hechos nunca llegaron a los tribunales. “Non quixen denunciar por respeto ao meu sogro”, aseguró Barcala, cuya familia política tiene parentesco con el acusado. A la vista también acudieron compañeros de trabajo de Santiago Gómez Lorenzo, que desde el primer momento mostraron su apoyo al electricista del Concello de Vilagarcía.

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